3

20 2 3
                                        

Me exalte, quería pensar en que no eran los mismos y que quizás solo era mi imaginación, y parece que si era así, transmitía tanta paz. Su forma de mirarme no era como la de anoche. Está era tranquila y calmada. Debe ser simple coincidencia. No puedo decir que se parecen realmente, ya que anoche solo preste mi atención a sus ojos.

Seguía observándolo detenidamente, cosa que el hacía también, aunque no fue tanto tiempo.

En un acto de timidez se tapo rápidamente aquel ojo izquierdo con su cabello y miro a otro lado. Podía verlo sonrojado.

Quizás no es de interactuar con mucha gente o no estará acostumbrado.

Agarre una de mis galletas y luego le ofrecí, la cual me rechazó. Me precipitó muy rápido, se sintió extraño.

-Lo lamento, no quiero ser grosero, solo que es mejor no aceptar cosas de gente desconocida o podrían pasar cosas...malas.

No entendí a qué se refería, me desconcertaba el hecho de que tartamudeaba mucho y que se estaba alterando, y no poco. Empezó a sudar y a temblar.

Decidí romper esa tensión ya que no se veía para nada bien, ojalá esté bien hacerlo.

-Soy Nyrah. Un gusto conocerte entonces.

Le mostré una sonrisa para que viera que no era mala persona, no sería lindo asustar a alguien de esta forma. Aunque tampoco me sorprendería que lo hiciese.

El dudo y me miró con un tanto de temor, eso lo noté.

-Me llamo, Eiran.

-Y lo siento en verdad pero es mejor que me vaya. Perdóneme.

Estaba muy nervioso. Se levanto de lo más rápido y se largó. Tal vez necesitaba el baño.

-Que extraño sujeto, a pesar de eso, se ve que en cierta parte es agradable. Si fuera lo contrario, hubiera sido mucho más grosero.

Comí más de mis galletas mientras miraba a mi alrededor, es todo muy lindo. Procedí a abrir un jugo y beberlo. Es un tanto deprimente estar comiendo sola. No obstante, estoy calmada, algo mareada, pero, es leve.

Extraño poder jugar como aquellos niños, sin preocupaciones ni temores. Suspiré y busque mi móvil en el bolsillo.

-Mierda, lo olvide. Y no lo puse ni a cargar.

Tome las cosas que compre y comencé a correr hacia mi hogar. Sin embargo, no sé porque me preocupo tanto.

Mi mente pensaba en Ethan en aquel instante, quizás es porque puede preocuparse si me llama y no contesto.

Gracias a Dios no estoy tan lejos. Camine muy rápido, cosa que no debí haber hecho.

La herida me empezó a doler de una manera tan...horrible, que me retorcí antes de parar en unas calles cercanas, el mareo se intensifica y sentía la vista borrosa.

Gire mi cabeza para mirar las calles, acto involuntario, y observé a alguien que instantáneamente se oculto.

Eso sí es suficiente para que me quepa en la cabeza que me persiguen, o algo peor. Me costó, pero camine más rápido y fui a casa, me sentía ansiosa y no de una buena forma. Mi cuerpo cojeaba.

Iba entrando al pasaje cuando ví patrullas, y la puerta de mi casa, abierta. Me sentí enfadada y desconcertada, más enfadada por ver a Ethan allí. Pero no me concentre en eso y camine un poco más cerca.

El me vio y se acercó corriendo a abrazarme. Solté un quejido ya que paso a llevar mi herida, por lo que lo aleje sin dudar. Una pequeña lágrima salió y rodo por mi mejilla.

Exterminio por tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora