07

375 37 7
                                    

—Este sitio es alucinante. —James dio una vuelta completa sobre sí mismo desde el centro del salón principal de la casa de Zee—. No me puedo creer que no te mudaras en cuanto llegasteis de Las Vegas.

—No me parecía lo correcto.

—¿Y ahora sí? ¿Qué ha cambiado? —James se dejó caer en uno de los mullidos sofás de la estancia y cruzó las piernas.

Nunew bajó la voz a pesar de que la cocinera estaba ocupada preparándoles la comida y la sirvienta estaba en el piso de arriba haciendo Dios sabe qué. Zee tenía que pasar el día en la oficina, lo cual dejaba a Nunew con poco o nada que hacer.

—Supongo que cada vez estamos más cómodos juntos. Además, no contaría con la seguridad que hay aquí si me hubiera quedado en el pueblo.

—Estás en tu derecho. Si quieres saber mi opinión, ese tal Siwon da un poco de miedo. —James había esquivado al corpulento guardaespaldas de Zee cuando este había salido a recibirlo a su llegada.

—No habla mucho.

—A mí no me ha dicho ni una sola palabra. Me ha mirado fijamente.

—Zee insiste en que es inofensivo con quienes no se meten con él. —Nunew estaba sentado frente a su amigo en una de las sillas estilo Rey de la casa. Llevaba un traje de seda informal tan suave que era como si no llevara nada. Ahora que por fin tenía tiempo libre, tardaba más en vestirse por las mañanas y le dedicaba más atención a su aspecto.

Zee lo había acompañado al centro Moonlight y allí Nunew había descubierto lo que significaba estar casado con un hombre tan rico y atractivo como su marido. Se ganó al personal y le arrancó más de una sonrisa a su hermana. Desde el día en que sufrió el derrame, Grace tenía dificultades para expresar sus necesidades. «Afasia expresiva», así era como lo llamaban los médicos. Para que su hermana no se pusiera nerviosa ni se sintiera frustrada, Nunew a menudo terminaba las frases por ella. Zee comprendió la situación enseguida y se esforzó para hacer preguntas que pudieran responderse con un sí o un no, y evitó temas que pudieran provocarle estrés.

Cuando ya se iban, Zee encontró a unos de los administradores del centro y, como si alguien hubiese pulsado un interruptor, su encanto se desvaneció y en su lugar apareció el hombre de negocios. Quería saber qué tipo de seguridad tenía el centro, cómo evitaban que un desconocido se colara en la habitación de Grace y quién estaba con ella fuera de los horarios de las comidas. Disparó una rápida sucesión de preguntas que podría haberle hecho a él y que fueron contestadas por el administrador del centro antes de que pudiera interrumpirlos. Parecía tan sincero, tan preocupado por el cuidado de su hermana, que Nunew no pudo enfadarse con él por ignorarle. Sin embargo, cuando se montaron en el coche y Zee empezó a poner en duda la capacidad del centro para cuidar adecuadamente de Grace, Nunew se puso a la defensiva.

—Es el mejor centro para gente como ella. La mayoría de los sitios están pensados para ancianos o para enfermos de alzheimer. Moonlight se especializa en pacientes más jóvenes con problemas de desarrollo.

—¿Y por qué no cuidar de ella en casa?

Obviamente eso sería lo ideal, pero Nunew no podía permitirse ese tipo de atención las veinticuatro horas del día.

—No puedo.

Ya lo había intentado antes él solo y había fracasado. Finalmente Zee se dio cuenta de cuánto le afectaba aquella conversación y tuvo la sensatez suficiente para dejar el tema.

—Me alegro de que Siwon esté de tu parte. No me gustaría tenerlo como enemigo —dijo James, despertando a Nunew de sus pensamientos—. ¿Y qué vamos a hacer con Alliance?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 25 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora