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Su mente era brillante, claro que sí, pero quizás el destino era quien tenía ganas de joderlo.

En este preciso momento tenía dos problemas, el primero fue que no estaba en un lujoso avion de camino a Corea. Su segundo problema era que estaba en un hospital en una habitación privada totalmente sedado y seguramente esperando a que llegara el alfa príncipe desde Corea a socorrerlo.

¡¿era una mal chiste?!

No podía moverse y estaba en el medio de quedarse dormido o despierto, como un trance, se negaba a abrir los ojos y ver a los cuatro guarda espaldas en cada una de las esquinas del cuarto. 

Los cuentos de hadas al parecer no eran tan reales, ¿O quizás si? Algo así como si el fuera Cenicienta... O quizás no, quizás el fuera una mezcla de todas las desgracias que les ocurrían a las princesas en los cuentos de hadas, y que era un exagerado era el mayor de sus problemas en este momento, bien dicen que uno no debe de meterse en la boca del lobo.

Si tomaba en cuenta todas sus posibilidades en este momento solo tenía una escapatoria, fingir estar completamente indefenso, enfermo y casi al borde de la muerte para que así el instinto protector de ese príncipe despertara y quiera llevárselo a su nidito de amor y cuidarlo como a un pajarito bebé... Estaba siendo demasiado imaginativo la verdad.

Una pequeña mueca se formó en su rostro sin que se diera cuenta.

Su mayor objetivo en este momento debía de ser volver a Corea, después de todo no tenía un solo peso pues se había gastado todo comprando esos mendigos supresores que no lo ayudaron en nada, su cuerpo aún ardía.

Suspiro un poco y desidio dejar todo el manos de Dios, justo cuando quiso fingir estar despierto sintió aquella presencia del alfa, el intenso aroma a eucalipto lo puso en alerta, justo lo que temia estaba apunto de pasar.

¿Podría acaso entrar en Celo? ¡No era el momento!

Trago duro y se quedó completamente quieto al oír la puerta abrirse.

— Yeol, llama al médico. — ordenó con voz firme, no parecía estar nada feliz.

El cuerpo del omega vibró, Jungkook trato de contenerse con todas sus fuerzas.

Pronto la habitación parecía estar desocupada con la única presencia del principe adentro, Jungkook se desespero y solo pudo tratar de mantenerse lo más quieto posible, el silencio lo estaba volviendo loco.

Podía sentir la presencia del alfa, aquella mirada lo estaba perforando de pies a cabeza, estaba tan nervioso que quiso abrir los ojos pero ellos no respondían.

Los pasos del alfa resonaron suavemente asercandose cada ves más y más a el, trago suave y respiro lentamente.

— Lo siento... No pude cuidarte como debí de hacerlo. — lo sentía justo a un costado de el, sus hormonas estaban apunto de dispararse, el trataba de contenerlas. — Mi presiosa luna, perdona a este alfa que tienes a tus pies, prometo de ahora en adelante no dejarte solo y siempre estar a tu lado sirviendote fielmente. — Jungkook casi se atragantó cuando el tomo su mano y depósito un beso en ella.

Estaba perdido. Abrió los ojos lentamente y justo frente a el lo vio, con un traje en color negro y una camisa suelta de color azul marino en satin, aquel alfa desprendía dominación con solo su mirada y el cabello recogido hacia atrás, ambos se miraron a los ojos.

Si no fuera por el doctor que entró importunamente, quizás Jungkook se abría perdido en aquellos labios pomposos que deseaba tocar con los propios, pero dios lo ayudó, la vida es sabía.

— Paciente Jeon. — aquel doctor beta parecía tan amigable y regordete que desprendía confianza, el entro con una sonrisa y su tablero en mano. — Su alteza — realizó una pequeña reverencia al alfa que lo miró a los ojos. — Tengo dos noticias para usted señor Jeon, y las dos son malas.

La enorme sonrisa en su rostro era casi indignante.
¿Dar malas noticias y estar feliz? Pero que clase de hospital era este.

— La primera es que usted entrara en Celo en pocos días o quizás de manera inoportuna podría ser ahora mismo, las pastillas supresoras que tomo en realidad contenían una sustancia dañina a la que es alérgico— paso la hoja de su tablero— Sus celos no serán regulares de ahora en adelante pues los reprimió mucho. — Miro al castaño está ves de manera sería. — Las pastillas que tomo casi destrozan sus hormonas de reproducción y eso nos lleva a la segunda mala noticia.

— Doctor — interrumpió el pelirubio— ¿Existe algún tratamiento para remediar esto? — se notaba muy preocupado.

Jungkook solo trato de ignorar esto, aquel calorcito en su corazón era simplemente estúpido, no podía emocionarse por esta mísera muestra de afecto.

— Lo abría de haberlo tratado antes, ya no se puede arreglar porque su cuerpo está demasiado débil para hacerlo en este momento, fue muy malo de su parte automedicarse. — El alfa parecía estar demasiado preocupado por la respuesta— La segunda mala noticia es un poco más dura de aceptar.

El castaño se puso en alerta, no le gustaba la cara del doctor en ese momento, era muy melancólica para su gusto.

— Como los supresores eran tan fuertes aparte de ilegales, estos tienen un efecto secundario muy fuerte, lamentablemente el sistema reproductivo de su omega quedo muy afectado. — suspiro suavemente antes de continuar— Puede que su Omega no pueda tener descendencia. El señor Jeon tiene un ochenta porciento de probabilidades de quedar infértil.

Jungkook se quedó helado.

En el pasado se sentiria muy feliz por la confección del doctor pues nunca quiso tener hijos, y en este momento su postura seguía siendo la misma.

Pero quizás, solo quizás... Su corazón se apriciono en su pecho y se sintió demasiado ahogado al imaginarse que jamás pudiera tener cachorros, una tristeza se apoderó de el, de algún lugar que no imagino tener.

Las lágrimas de sus ojos empezaron a caer lentamente sin poder controlarlas.

No lo entendía, el nunca quiso tener hijos ni tampoco tener un alfa, pero su cuerpo no parecía compartir la misma opinión, no podía controlar sus emociones. Un aroma agrio y triste salió de el.

Jimin que estaba aún en shock miro el rostro del castaño, las lágrimas recorriendo aquellas mejillas rosas, los ojos cristalinos del Omega y el temblar de su cuerpo al llanto lo ponían demasiado débil, el llanto de un Omega era el calvario del alfa quien no podía verlo así, solo quería meterlo en una cajita y que nada le hiciera daño.

Jimin se prometió ser el alfa de ese hermoso Omega que sin querer demostró su lado mas débil, el alfa se prometió hacer todo lo posible por protegerlo y amarlo hasta el día de su muerte.

Simplemente por aquel vínculo que lo ataba, en ese momento Jimin no lo supo, pero el ser destinados solo era un contrato de esclavitud del uno al otro y pronto se daría cuenta que no todo es perfecto y facil de lograr.




Kiss and kiss °En pausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora