Un joven de dieciocho años, cuerpo ligeramente delgado y de baja estatura, estacionó su motocarro modificado para vender pollo asado frente a las habitaciones alquiladas, apiñadas unas junto a otras, a primera hora de la tarde del día. Como cada día, regresaba de vender su pollo asado, abrió la puerta de su casa y llevó sus cosas adentro, en medio de un barullo de sonidos que lo rodeaban: gritos de parejas peleando, llantos de niños, risas de gente tomando cerveza. El joven ya estaba acostumbrado a ese ruido.
"Aomsin, ¿Vendiste todo hoy?", preguntó una voz. Aomsin... se detuvo un momento, antes de girarse para mirar, vio a un hombre de unos cincuenta y tantos años, el dueño del cuarto de alquiler, que lo miraba con una sonrisa. Era una sonrisa que a Aomsin no le agradaba y le causaba cierto temor.
"Ya terminé, tío Wan", respondió Aomsin.
"Bueno, ven, te ayudaré", dijo el dueño del cuarto de alquiler, haciendo como si fuera a ayudar a Aomsin a llevar las cosas, pero en lugar de eso, tomó la palangana que Aomsin llevaba y de paso, le tomó la mano, lo que hizo que Aomsin se sobresaltara un poco.
"¡Viejo! ¿Tan amable eres? ¡Ni siquiera has lavado los platos!", se escuchó una voz quejumbrosa de una mujer, quién era la esposa del tío Wan. Se puso de pie con las manos en la cintura y lo miró con desaprobación.
"¿Tú también, Aomsin? ¿No puedes cargar tus propias cosas? ¿Por qué necesitas que mi esposo te ayude?", dijo la esposa del tío Wan.
"No le pedí ayuda al tío Wan en absoluto, tía Ying", respondió Aomsin sin rodeos. El tío Wan soltó la caja y se alejó de Aomsin.
"Solo estaba ayudando al niño. ¿Eres tan desconsiderada, Ying?", respondió el tío Wan, con una mirada traviesa en los ojos.
"No le pidas nada a Aomsin, no tienes que actuar como si fueras una persona muy amable, tío Wan. Por qué normalmente no eres así ", dijo la chica del departamento de al lado, apoyada en el marco de la puerta.
"¿No vas a trabajar, hermana Mint?", Aomsin se volvió para preguntarle a la joven que había hablado hace un momento. Aomsin sabía que la joven no se refería a él, sino que lo estaba defendiendo.
"Cambio de turno", respondió Mint. En cuanto al tío Wan, su esposa lo llamó a la casa. Que está construida al lado de la habitación de alquiler, Mint suspiró y negó con la cabeza ligeramente.
"Ten cuidado, ese tipo es un poco raro", dijo Mint, con un tono de advertencia. Aomsin sonrió.
"No tengo nada que ver con el señor, Mint", dijo Aomsin en voz baja, aunque sabía que era gay. Nunca había mostrado interés o coqueteado con nadie. Aomsin solo pensaba en como ganarse la vida.
"Lo sé, pero la gente tiene enfermedades mentales. No sé sabe cuándo se volverá loco. En el pasado, todavía estaba tu abuela, así que no se atrevió a hacer nada. Pero ahora estás solo, si es posible, me gustaría que encontraras un lugar para vivir en otro lugar", dijo Mint, realmente preocupado por el joven. La cara de Aomsin estába un poco apagada.
"Yo también quiero encontrar un lugar nuevo donde vivir. Estoy tratando de seguir ahorrando poco a poco", respondió Aomsin. Él guardaba parte de las ganancias que obtenía vendiendo pollo asado.
"Entonces, ¿Ya comiste?", Preguntó Mint.
"Freire algunos huevos para comer. Todavía queda algo de arroz cocido de ayer", dijo Aomsin. Entonces Mint dejó que Aomsin llevara las cosas a la habitación alquilada. Cuando Aomsin termino de acomodar todo, Aomsin cerró inmediatamente la puerta con llave. Y cerró el candado adentro también. Aomsin se retiró y exhaló suavemente. Antes de tomar las distintas bandejas para lavar y limpiar los platos.