No quiero herirme, pero hace tanto que me he obligado a amarte, sabiendo que me haces daño.
—Roy, cariño... —suplica, con ojos envueltos en lágrimas, empapada por la lluvia solo le implora—. Ven conmigo, yo seguiré estando de tu lado.
—¡Mentirosa!, lo único que te preocupa es perder a quien atormentas por las noches.
No llores Roy, pronto todo terminara, deja tu cobardía a un lado y solo huye de tu infierno.
—¡Eso no es cierto! Yo soy feliz estando a tu lado —sollozando, aquel ser desesperado le pedía qué no la dejara—, ven mi amor, yo cuidare de vos.
¡Mentirosa! Estúpidas sean tus promesas vacías, ya me las conozco todas. Deja de darme ilusiones falsas, ya tuve suficiente de esta pesadilla.
—¡Adios! Gracias por nada, y disculpa por todo.
—¡No saltes! —corre intentando alcanzar lo inalcanzable, por qué ese cuerpo hace tiempo que murió en vida—. ¡Carajo! Debí cuidar mejor de ti Roy —de rodillas a la orilla del puente mira el cuerpo del muchacho, se muerde su labio levantándose para caminar en sentido contrario, lejos del crimen del cual no es culpable. Entonces del cielo una paloma llega, se posa en su hombro y una carta le entrega.
—Se que piensas que me amas, pero Soledad, soy yo quien no te podía soltar... Perdona mi corazón destrozado por obligarse a amarte, cuando debía dejarte partir lejos de mi.
No te digo adiós por qué seguro ya lo hice, y dos veces es demasiado hasta para mi.
Att: Roy, el muerto con corazón.
—¡Idiota, de que me sirve tu carta! —grita, bajo la mirada de la luna; quien ya acostumbrada a los amores de Soledad, hace la vista aún lado, pidiendo en silencio que la soledad no se fije en otra alma que no ha ni empezado a vivir, cuando ya se quiere despedir.
....
—De quién es el cuerpo, señor —pregunta la mujer de traje azul, labios rojos y un aroma a muerte y descomposición.
—De otro huérfano, abandonado por si mismo, y rechazado por la humanidad —una lágrima se resbala del rostro del sargento, mientras acerca sus manos negras a los ojos de la víctima para cerrarlos y darle su descanso.
Entonces se levanta, toma su guadaña con firmeza y con la mujer detrás; ambos caminan hacia la oscuridad, llevando el alma hasta su verdadero final.
Un final perfecto... para el que desea marcharse, antes de saber lo que era vivir un cuento feliz.
Fin.
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Registro poético.
PoetryEmpecé a escribir con el propósito de comprender mis emociones y en el proceso entendí que se puede morir escribiendo y seguir respirando. Si deseo vivir y también respirar, debo aprender a aceptar lo que mis versos esconden sobre mi. Cada página es...