Estoy preparada.
Todos comenzaban a llorar, pero sé que este mundo no me pertenece. Que Dios me ha hecho fuerte y voy a estar mejor con el.
- Por favor salir de la sala. Vamos a hacerla unas pruebas.
Salieron todos y me empezaron a preguntar un montón sobre mi tipo de sangre, etc y más pruebas.
- Oiga, ¿puedo despedirme de Daniel?
- Claro.
Me acompañó hasta la sala dónde estaba Daniel. Se me cayó el alma a los pies al verle rodeado de máquinas que hacían que su corazón funcionase. Entré y me puse a su lado.
- Bueno, no sé ni por dónde empezar. Dicen que los que están inconscientes escuchan. No lo sé. Pero quería decirte unas cositas antes de irme de aquí del todo- se me escapó una lágrima.- Por amor se hacen muchas locuras. Ojalá y cuando estés con tu mujer y tus hijos disfrutes al máximo de ellos porque nunca se sabe lo que puede pasar en 1 minuto. Acuerdate de mí cuando sepas que mi corazón va a ser el que ahora lata por tí, y que nunca dejes que se pare, por favor.- comencé a llorar- en ese corazón está todo mi amor por tí. Te sigo queriendo como el primer día, aunque no te lo diga eres lo mejor que tengo. Quizás no pienses lo mismo, pero cambiarás de idea cuando sepas quien hace posible que puedas ver nacer a tu sobrino, puedas ver como te enamoras, te casas, tienes hijos y te olvides de mí. Pero mi corazón estará siempre ahí. Te quiero Daniel.- Le besé en los labios y salí de la habitación.
Me despedí de todos mis seres queridos y volví a la habitación.
- Estoy lista- le dije al médico
Enserio, no puedo escribir este tipo de capítulos, hacen que se me rompa el corazón en mil pedazos.
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