Capítulo V. Carta número 407

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Querida mía:

No he podido dejar de pensar en ti, en cómo tu sola presencia despierta cada fibra de mi ser. Cada vez que te veo, mi corazón late más rápido y mi mente se llena de pensamientos que me llevan a lugares donde solo tú y yo existimos. Esta noche, mientras la luna brilla con su luz plateada, me imagino a tu lado, sintiendo el calor de tu cuerpo junto al mío.

Tus manos suaves recorriendo mi piel, cada caricia encendiendo un fuego que arde con intensidad. Tus labios, tan cerca de los míos, prometiendo un beso que guarda toda la pasión que hemos compartido y más. Pienso en esos momentos en los que nos hemos perdido el uno en el otro, cuando cada susurro y gemido ha sido una melodía que solo nosotros conocemos.

La forma en que tus ojos se iluminan con deseo, cómo tu cuerpo responde al mío en una danza de placer y conexión profunda. Anhelo el próximo encuentro, donde cada toque, cada beso, nos llevará a un éxtasis que solo tú puedes hacerme sentir.

Quiero explorarte de nuevo, descubrir cada rincón de tu ser, hacerte sentir todo lo que yo siento cuando estoy contigo.

Eres mi fantasía hecha realidad, la razón por la que mi mente vuela a lugares donde solo existe el deseo y la pasión. No puedo esperar para tenerte entre mis brazos otra vez, para perderme en ti y hacerte sentir especial tal como tú me haces sentir a mí.

Cartas para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora