Capítulo VI. Carta número 1511

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Querida:

Hoy se cumplen dos meses desde la última vez que hablamos. ¿Lo recuerdas? He intentado buscarte en mis recuerdos, pero cada vez que lo hago, el dolor se hace más intenso. Si te pones a pensar en eso, es extraño cómo el tiempo puede ser tan cruel, y cómo los momentos que antes nos parecían triviales se transforman en los más significativos cuando estamos distanciados.

Si pudiera confesarte algo, sería que incluso los silencios que compartíamos los entendía; y estás consciente de aquello. Tenía la capacidad de interpretar cada pausa, cada susurro no dicho, con la certeza de que todo estaba en su lugar. Sin embargo, esta distancia, por más que lo intento, sigue siendo un enigma para mí.

No logro comprender cómo llegamos aquí, cómo un vínculo tan profundo y significativo se puede deshacer en la nada y sobretodo de forma tan abrupta.

Recuerdo nuestra última conversación con una claridad dolorosa. Era tan normal, tan común, que en su momento no tenía nada de especial. No había indicios de que algo se estaba rompiendo, de que algo se estaba desmoronando en silencio. Esa última charla, tan cotidiana y aparentemente insignificante, se ha convertido en un punto de referencia doloroso y confuso.

A pesar de mi esfuerzo, no soy capaz de leer ese chat de la manera en que solía hacerlo. Cada palabra, cada respuesta, ahora se siente como un eco distante de lo que una vez fue.

Me pregunto si algún día lograré entender lo que pasó, si alguna vez seré capaz de reconciliarme con este vacío que dejaste atrás. La incertidumbre y la incomprensión me rodean, y mientras tanto, el tiempo sigue su curso implacable.

Espero que, dondequiera que estés, encuentres lo que buscas, y que el silencio que ahora compartimos te traiga la paz que, quizás, a mí aún me falta.

Cartas para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora