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—n-no. no le diré a nadie—este chico me tiene jodido, me está tocando el muslo mientras me ve con esos ojos tan hermosos, había tanta seguridad en esos orbes que me sentía diminuto ante ellos.

—pues lo estás haciendo bien—se levantó con una sonrisa—. eres un buen chico—me dijo dejándome un beso en la frente antes de irse.

me dejó completamente atónito, sentía mi corazón latir a mil en este momento, su figura se desapareció a lo largo de los pasillos, lo último que vi fue que una de las enfermeras lo abrazó por detrás rodeando su brazo por la cintura.

decidí ir al baño para limpiarme la cara, la tenía rojísima y caliente. mi pantalón estaba arrugado de donde bradley me tenía agarrado.

¿él ya sabrá que estoy loco por él?
¿debería de saberlo?

salí de allí y caminando hacia la sala, vi que bradley estaba de brazos cruzados mientras una señora estaba frente a él gritando.

—¡esto es injusto! ¡mi esposo volvió a enfermar de nuevo!—la señora estaba gritando y a la vez soltando chillidos. conociendo a bradley, le estaba teniéndole mucha paciencia.

—¿siguió las recomendaciones después de la cirugía? ¿mantuvo la cabeza levantada en la cama? ¿se bebió los medicamentos resetados?—soltaba millones de preguntas hacia la señora—no hizo nada de eso, ¿verdad? me harta que nosotros hagamos todos por ustedes y ustedes no pongan de su parte. que le hayamos abierto la cabeza no significa que todo ya está hecho, el proceso de sanación es lento y tienen que seguir nuestras recomendaciones.

—¡pero..

—no nos importa si nos pone mil demandas de billones de dólares. aquí la culpa es de ustedes y sus descuidos. yo soy exigente con mi trabajo y bien lo saben. eso ya no es de mi incumbencia.

pude ver cómo la señora salía llorando de la rabia del hospital. los demás estaban aplaudiendo a brad, porque es verdad. los señores no siguieron todo lo que brad les indicó.

él me miró entre tanta gente y pude leer que en sus labios me dijo:
esperáme en la salida, bonito.

Soñar sólo conmigo | maxleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora