¿Que si recuerdo cómo era mi vida antes de lo que pasó? Si, era una chica normal.
Me desperté temprano, como todos los días, para alistarme para ir al colegio.
El despertador no dejó de sonar hasta que lo golpeé repetidas veces.
Despues de rodar en la cama, me resigné a que era tiempo de levantar mi trasero de la cama e irme a dar un baño.
Tomé la ropa que había elegido previamente la noche anterior (unos shorts negros y una blusa high low roja con unas botas negras hasta el muslo)y me dirigí a la ducha. Hice sonar mi play list favorito y me perdí bajo el agua de la regadera.
Me vestí, me maquillé y me peiné. Una vez arreglada me ví en el espejo. No era alta ni baja. Mi cabello negro caía bajo mi pecho en unas ondas muy cool y mis shorts a la cintura acentuaban mi figura esbelta. Bajé a desayunar sintiéndome bien conmigo misma.
- Kathleen, debes apurarte hija se hace tarde- dijo mi madre desde la cocina-. Tu padre llegará en la noche así que nada de irte de fiesta, eh.
-No mamá-. Dejé mi plato en el fregadero, le dí un beso a mi madre para despedirme, tomé las llaves de mi coche y me dirigí a mi horrible destino. Un día entero de clases.No me malinterpreten, amaba mi carrera -literatura y lenguas hispanas-, pero aún así despertarse temprano no era reconfortante.
Estacioné el coche en un lugar cerca de mi edificio y mis "fans" no se hicieron esperar.Todos los chicos me miraban y me lanzaban guiños, los de grados menores me pedían fotos o se ofrecían a llevar mis libros.
Las chicas me miraban de pies a cabeza y susurraban entre ellas. Obviamente me envidiaban o me amaban, pero no podían pasar de mí.
Sé que suena egocéntrico y prepotente pero yo era la más popular de toda la escuela. Si pedía algo todos se ofrecían a cumplir mi capricho. Era atractiva y lista. Tenía el mundo debajo de mis botas de tacón.
-¡Kath! Nena que sexy se te ve ese short- dijo un chico alto, rubio y muy bueno.
Aiden,mi novio, se acercaba a mí.
Me plantó un beso en los labios al cual yo respondí efusivamente.
-¡Uh! Hay niños presentes- dijo Jackson llegando hasta donde estábamos nosotros. Jackson es alto, musculoso y de piel bronceada. Su cabello era negro.
-Dejalos Jackson, igual nosotros hacemos cosas peores-argumentó Vanessa dándole un beso en el cuello. Vanessa era pelirroja y de estatura promedio.
El timbre interrumpió nuestra conversación y nos dirigimos a clase. Vanessa y yo tenemos las mismas materias, así que nos fuimos juntas hacia nuestro salón.
Aiden y Jackson tomaban la carrera de economía, pero estaban en el equipo de canotaje y su sueño era dedicarse a los deportes.
Mi primer clase era latín con el profesor McGuigan hasta el último piso del edificio.
Vanessa y yo entramos al salón y nos sentamos en la última fila cerca de la ventana que tenía vista hacia el East River donde practicaba el equipo de canotaje.
- Muy bien jóvenes, saquen su libro y abranlo en la pagina 148- indicó el señor McGuigan.
- Ptsss...- susurro Vanessa-. Oye mira cuanta carne y uno a dieta- dijo mirando por la ventana, refiriéndose a todo el equipo que practicaba fuera.
-No Vane, ese solo es el menú- dije en broma.
- Muy bien jóvenes, este de aquí es el señor Andrew- habló el senor McGuigan presentando al tipo más guapo de todo Manhattan. Alto, de espalda ancha, musculoso, tez blanca y cabello negro. Justo como yo-. ¿Sabes presentarte en latín?
- Andrew est nomen meum.
- ¿Algo más que desees agregar?- preguntó el profesor invitándole a hablar más.
-Manténgase lejos de mí- dijo con la mirada más fatal que jamás eh visto. Me volteó a ver-. No me importan sus asuntos y a ustedes no les importan los míos.
Todo lo guapo que me pudo haber parecido quedó de lado. Maldito patán.
- Tome asiento señor...
- No diga mi apellido- dijo caminando hasta la única banca disponible. Para mi mala suerte esta banca estaba a lado de mí.
El tenerlo cerca mío provocaba en mí una sensación extraña, como si callera de una montaña rusa y ésta no tuviera fin.
Así pasó toda la clase y cuando sonó el timbre que indicaba el final de la clase, literal salí corriendo de allí.
-Que tipo tan malo, ¿no?- dijo Vanessa llegando a lado mío.
- Supongo- dije algo incómoda.
- Me encantan los chicos malos- añadió riendo.
- Tienes novio- rebatí contra ella.
- Lo sé- dijo en un suspiro-.No te quitaba los ojos de encima- añadió mirándome de una forma pícara.
Alguien me tapó los ojos.
- Adivina quien soy- dijo la voz de Aiden.
- ¿ Mi amante secreto que está más bueno que mi horrible novio?- pregunté en broma.
Me quitó las manos de los ojos y me volteó de manera que nuestras caras coincidieran-.Justo ese- respondió y me besó.
- Amigo- dijo Jackson golpeándolo levemente en el brazo-, ese tipo te está viendo raro.
Volteamos a donde Jackson nos había señalado y ví a Andrew al otro lado del pasillo.
- Es el nuevo en nuestra clase de latín- dijo Vanessa.
-¡Eh, tú!- gritó Aiden hacia él- ¿Algún problema?
- Muchos, pero eso a tí no te importa- respondió Andrew. Se volteó y se fue caminando como si nada.
-Ignorenlo- nos tranquilizó Jackson-. Vamos por un café.
Salimos al estacionamiento y nos subimos al coche de Jackson.
- ¿ Y los demás? -pregunté refiriéndome a mis otros amigos.
Jackson arrancó el coche.
-Brenda y Sean no han dicho cuando regresan de Italia- dijo Vanessa-. Ximena, Astrid y Malic se fueron a una playa en México y se quedarán dos semanas y Jonathan y Carlo se fueron a Rumania para representar a la escuela en un concurso de deletreo.
- ¿ Y por qué nosotros estamos de aburridos aquí en la escuela?- preguntó Jackson estacionando su coche frente a la cafetería.
Bajamos todos y entramos a la cafetería.
- No estamos de aburridos- dijo Aiden sentándose en una mesa junto a una ventana-.Nos vamos mañana a la playa.
Vanessa sacó unos boletos de avión se su bolsa.
Jackson y yo nos volteamos a ver extrañados.
- ¿ Y cuándo pensaban decirnos?- pregunté sonriendo.
- Hoy- concluyó Vanessa.
- ¿Cuántos días?- preguntó Jackson
-Una semana- dijo Aiden. En ese instante llegó la mesera-¿Que les parece si celebramos con unos capuchinos?
- ¡Yeih!- dijimos todos.
La mesera se fue y minutos después regresó con cuatro capuchinos calientes.
- Por nosotros- dijo Jackson levantando su taza para brindar.
- Por nosotros- dijimos todos al unísono y justo en ese momento comenzó a llover.
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El arte de perder
Romance¿Qué pasaría si tu vida entera cambia en un par de días? Y todo debido a errores que tú no cometiste. Kathleen se ve envuelta en una serie de problemas de la noche a la mañana. Los obscuros secretos de su familia saldrán a la luz y ella tendrá dos o...