Mi mamá me mira con esos ojos fuertes y tiernos a la vez... No puedo con esto.
Corro a abrazarla.
Escondo mi cara en su cuello y Huelo su cabello. Huele a lavanda... Ella no es mi madre. Mi madre es alérgica a ese tipo de aroma.
Me aparto de ella.
-¿Quién es ella?-pregunto furiosa.
"Mi madre" resulta ser Amelia. Al parecer puede cambiar de rostro. -Ok, no sabemos donde está tu madre- dice Andrew.-Pero no puedes salir de esta casa. Si lo haces tu padre te encontrará y todo lo que llevo planeando por años se vendrá abajo.
-Ese no es mi problema, ¿ok?- respondo furiosa.- Te conozco hace unos días. No esperes que ya sea parte de tu estúpido plan.
-Kathleen...
-Ni siquiera sé tu maldito apellido- digo interrumpiéndolo.
-Ni siquiera sabes mi verdadero nombre, pero aún así estás aquí. Ahora dime, ¿estas segura de querer hablarme así? - dice gritandome en la cara.
Amelía sale de la habitación y solo quedamos Andrew y yo en la sala.
-No sé ni tu maldito nombre, estoy aquí, y te hablo como se me da la gana- digo respondiéndole entre dientes. Lo veo directo a los ojos.
Sus colmillos se alargan. No le aparto la mirada.
Y de un segundo al otro estamos en una recámara. Solos t con la puerta cerrada. Nadie puede molestarnos.
-Rafael Lacour es mi verdadero nombre- dice sentándose en la cama.
-Pero tú te llamabas Andrew...
-Kathleen, no quiero creer que las chicas guapas como tú son tontas. Con tu padre persiguiendome obvio debo cambiarme el nombre.
-¿Y cómo debo llamarte ahora?- preguntó sentándome a lado suyo.
-Rafael- responde tirandome a la cama y poniendose encima de mí.
Lo beso con hambre atrasada. Que forma de besar. Sus manos juegan con mi cabello. Mis dedos viajan por su espalda.
La ropa empieza a sobrar...
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El arte de perder
Romansa¿Qué pasaría si tu vida entera cambia en un par de días? Y todo debido a errores que tú no cometiste. Kathleen se ve envuelta en una serie de problemas de la noche a la mañana. Los obscuros secretos de su familia saldrán a la luz y ella tendrá dos o...
