Capitulo 14. ¿Todos vampiros? (Parte 1)

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Después de unas horas llegamos a la casa de Andrew. En medio del bosque destacaba aún más.
Entramos a la sala y Andrew subió a vestirse. Me senté en un sillón a pensar un poco. Cuantas cosas no sabía.
Mi padre, asesino perdonado por un consejo del cual ahora es líder. Andrew, asesino de todas mis medias hermanas que jamás conocí, más aparte dejaba rosas alrededor de sus cuerpos, como el asesino en serie del que hablaban en la televisión... El asesino de las rosas... No podía ser Andrew... ¿Por qué habría de matar chicos así porque sí? Hasta donde sé sólo tenía medias hermanas, no hermanos. No había razón para que matara a dos chicos.
-No solo tenías medias hermanas- dijo Andrew bajando por las escaleras. Estaba vestido con unos jeans y una playera negra-. Esos dos chicos que asesiné eran hermanos tuyos. Erick Jhonson y Daniel Copperfield. Digamos que tu padre no solo tiene una esposa, sino tres, tu madre y las madres de esos chicos.
Lo miro directo a los ojos. Hasta hace unos días yo creería que mi padre era incapaz de matar una mosca, y ahora era un vampiro con tres esposas.
-¿Por qué...?- las palabras no salían por mi garganta.
-Kathleen, tu padre se casó tres veces en estos años para poder tener una niña, tú. Y te preguntarás el por qué ansiaba tanto una hija, fácil, eres la clave de una profecía.
»¿Recuerdas que te conté que había robado algo? Bien, lo que robé fue un libro, pero este solo puede ser leído por la hija de un vampiro. Esta concebida bajo la luna de invierno durante un año bisiesto. Nacida en los primeros tres días del mes de los resurgidos.
-¿Y eso que tiene que ver con mis hermanos?- pregunto sin muchas ganas de que me responda.
-Ellos debían protegerte, serían tus guardianes. Trataron de acercarte a ti. Erick no tuvo oportunidad de conocerte pues lo maté antes, pero Daniel te conoció en un bar según se.
"Y tuve sexo con él" pensé, recordando esa mañana en la que desperté en un hotel con los moretones y el dolor en mi entrepierna.
-Lo maté después de su "noche de pasión", Kath. Y lo de ponerlos, a tus hermanos, en el río fue idea de Amelia. A tu padre se le estaba olvidando que yo seguía cazándolo, a él y a ti. Aunque las rosas siempre han sido mi marca, debía hacerlo más impactante.
-¿Ese día que dejaste las rosas en mi cuarto hibas a matarme?-. Mis palabras se vuelven susurros, no puedo hablar.
-Si, pero hay algo en ti que no me dejó hacerlo. Eres distinta a tus hermanas y a tus hermanos, tú...
-Dejame ver si entendí- digo interrumpiendo a Andrew-, mataste a mis hermanos, planeabas matarme a mi, cazas a mi padre desde hace siglos y, encima de todo, me necesitas para leer un maldito libro porque soy la única que puede leerlo, dado que soy la hija extraña de un vampiro. Ah, además de todo eso, soy la protagonista de una profecía que ni sé que dice.
-Te faltó la parte en la que quiero derrocar a tu padre, bla bla...
-¿Qué mierda dice esa profecía?
-Sigueme-. Andrew camina y yo le sigo.
Pasamos por pasillos hasta llegar a la biblioteca. Se detiene enfrente de una estantería y saca un libro gordo y viejo. Las paginas son amarillas debido al paso del tiempo.
Andrew coloca el libro sobre un escritorio y lo abre en cierta página.
-Leelo tú misma.

Un lobo blanco camina a través del bosque. La luna le aclama el regreso. Tic tac, tic tac. El tiempo corre, pequeña criatura y debes correr con él. Tic tac, tic tac. La sangre retumba en las venas de los seres que envidias.
Con un libro la historia cambiará. Leerlo tendrás y acabarás con los tuyos. Resurgiras como única y la historia se volverá a repetir. Tic tac, tic tac. El tiempo no afecta a los lobos ni a los vampiros.
Cambia la historia y derrota a tu padre. Regresa con la luna y reina la tierra bajo el cobijo de la noche.

El arte de perder Donde viven las historias. Descúbrelo ahora