Rey Mago -HIATUS-

Capítulo 32: Mansión Potter

"Bueno, parecía agradable", expresó Harry mientras salían de la torre uno al lado del otro.

"Realmente lo crees?" Preguntó Sirius con una risa.

"Supongo que ella es un poco un toque y listo cuando se trata de conectarse con personas a nivel personal. Pero aparte de eso, no tan malo", dijo Harry mientras pensaba en su encantadora figura, no tan mala. "Ella es firme y confiable, así que eso es lo que cuenta al final."

"Ha, ahora que es la subestimación del año", reflexionó el mago en voz alta.

"Entonces, ¿qué era todo eso de que la persiguieras?" Preguntó Harry ya que tenía una amplia sonrisa en los labios.

Suspirando, el animagus respondió a regañadientes, "Era joven y tonto, así que dejémoslo así."

"Quieres decir que eras joven y rechazado, ¿eh?" Harry preguntó mientras lo codeaba en las costillas.

"Sí", respondió Sirius mientras hacía todo lo posible para darle una mirada severa, pero épicamente falló ya que Harry simplemente continuó.

"Y aquí pensé que eras Sirius Black, el gran playboy que podía conseguir a cualquier mujer que quisiera", dijo, pintando la misma imagen que ha sido todo el verano.

"Bueno," Sirius declaró "que esta sea una lección para ti. No puedes atraparlos a todos."

"Sólo estás diciendo eso para encubrir tus deficiencias?" Preguntó Harry con un resoplido.

"No, no", dijo Sirus mientras extendía el dedo. Luego, pensando mejor en ello, respiró hondo y pronunció, "Sabes lo que no me dejaré caer en tus trucos."

"Qué trucos?" Harry preguntó inocentemente mientras trataba de contener su risa.

"Mmm", dijo Sirus mientras parecía que estaba haciendo todo lo posible para contenerse mientras cerraba y abría las manos. "No me pruebes."

"Qué?" Harry dijo que todavía jugaba la carta inocente. "Solo pensé que eras la mejor que había cuando se trataba de mujeres. Ya sabes?!"

"Oh, tenías esto por venir, cachorro, no me culpes", dijo Sirius mientras ponía su cabeza en un candado y comenzó a darle un masaje.

"Está bien, está bien", dijo Harry a través de ataques de risa, "misericordia, misericordia. Me rindo!"

Pausar a Sirius lo miró a los ojos y anunció, "No, no parece que lo sientas. Creo que seguiré."

"Muy bien, lo prometo", dijo Harry entre risas, "que te mostraré la cantidad adecuada de respeto que mereces."

Dejándolo ir, el mago mayor lo miró y le preguntó: "¿viste que era tan difícil ahora?"

"Sí," Harry respondió, "ya que no mereces nada en absoluto."

"Ow, vuelve aquí. Esta vez no tendrás piedad de mí", gritó el animagus mientras perseguía al mago más joven.

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"Entonces", dijo Harry mientras continuaba su conversación donde lo dejaron. En este momento estaban en el norte de Londres, donde residían los barrios agradables y ricos. Se dirigían a la Mansión Potter para estrellarse allí por la noche, ya que la hora se estaba haciendo muy tarde y no podrían visitar las propiedades restantes para el resto del día.

"Whu.t do u thk f nuestro res-dant mad sci si?" Harry preguntó por la boca llena de albóndigas. Una vez que realmente no tenían nada para comer todo el día, excepto algunos bocadillos y té que se les han ofrecido en su camino, Sirius decidió pasar por un carrito de comida y recoger algunos submarinos de albóndigas para los dos.