10 ★ PARTE DIEZ

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—Vamos, dime, dime

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—Vamos, dime, dime. Dime lo que quieres.

Haerin aún no podía pensar con claridad, y con los brazos inmóviles solo quería tocarla, pero logró decirlo con un poco de dificultad.

—Te quiero adentro —y los masajes volvieron—. Por- ¡Ah! Q-Quiero tod-da tu polla aden-ntro.

—Todo lo que mi chica quiera.

—Y quiero tocarte, por favor.

Hanni fingió pensarlo un momento. Lo cierto es que iba a liberarla de igual forma, amaba cuando Haerin la tocaba. Amaba que Haerin enterrara sus uñas en su piel o que la acariciara con fuerza.

Pronto las manos de Haerin estaban recorriendo su espalda, mientras que sentía esa conocida presión abajo.

No fue amable al momento de entrar, como normalmente era, sino que al estar tan mojada pudo meter toda su polla de un movimiento. Haerin soltó un gemido que casi parecía un grito.

—¿Te dolió? —preguntó Hanni preocupada. Le estaba gustando este juego, ser lo que Haerin quería, pero no pudo evitar sacar a la luz su pequeña inseguridad de que quizás la castaña no lo hiciera.

Haerin negó mordiéndose el labio.

—No, hazlo rápido. No te contengas.

Y en un segundo pudo sentir como su novia se movía. Al principio sí fue un poco lento pero solo porque Hanni seguía insegura, hasta que Haerin empezó a gemir y logró entender que estaba bien.

Luego de dos o tres estocadas, Hanni comenzó a ser más rápida. Su polla perdiéndose dentro de Haerin, quien cumplió al no dejar de mirarla ni un segundo.

Normalmente, en el sexo vainilla, Hanni no quería que la viera, se sentía totalmente sucia, pero eso era antes. Ahora su mirada la dejaba hecha un desastre, quería seguir con ese contacto y ver como de bien la hacía sentir.

Su vista era una Haerin con el cabello alborotado, los labios rojos e hinchados, saliva cayendo de los bordes de su boca y una total expresión de placer. Se ponía cada vez más dura y juraría que podía acabar solo con eso.

Las piernas de Haerin volvieron a atraparla. Sentía la presión de sus muslos cada vez que entraba y salía de ella. Se sentía en la gloria.

El choque de pieles era cada vez más fuerte, Hanni comenzó a hacerlo más duro, escuchando felizmente como Haerin casi que gritaba por el placer.

Su pene comenzaba a sentirse mejor, aunque no estuviera totalmente en contacto con Haerin gracias al condón, Hanni podía ver que ambas estaban cerca.

—¡Ah! V-Vamos, un poco m-más, ya c-casi —Haerin se lo confirmó con eso.

Sus músculos dolían, se comenzaba a sentir más cansada pero no se detuvo. Siguió moviéndose hasta que la castaña buscó una de sus manos y las entrelazó.

Haerin tenía esa costumbre, ella jamás se venía si no se conectaban de esa forma.

Y en varias estocadas más, los gritos de la habitación comenzaron a bajar.

Y en varias estocadas más, los gritos de la habitación comenzaron a bajar

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❛❛Perdónenme la vida, juro que no los abandoné con intención 😭

¡Gracias por leer!
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dirty talk ⋆ kittyzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora