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—Te ves demasiado feliz hoy —observó Minji, quien no había dejado de notar la creciente sonrisa de su amiga y su buen humor.
—Sí, lo estoy —confirmó.
Después de unos días, se había vuelto a reunir con Minji para contarle lo genial que se sentía ahora que había obtenido lo que quería.
Y lo mejor de todo, se habían reunido en un restaurante, pero no cualquiera, sino, aquel donde estaba la mesera idiota. Esperaba encontrarla para obtener alguna clase de "venganza" después de la última vez. Le quería mostrar que sólo ella podía tener a Hanni, así que no se molestó en cubrir los chupones.
Mismos que hasta Minji notó.
—Y veo que ya no tienes problemas sexuales con Hanni.
—Nop —negó y, hablando de Roma, la misma chica apareció con sus pedidos. Haerin sonrió y no evitó hablar fuerte—. Hanni se volvió una salvaje, en definitiva coge demasiado bien. Te lo dije, yo siempre obtengo lo que quiero.
Minji rodó los ojos. Había oído la historia y rápidamente conectó todos los cables cuando la chica se fue echando humo.
—Felicidades, eres toda una sucia.
—Te lo dije, me gusta sucio, Min.
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❛❛¡Fin, corazones! Me voy muy feliz de haber adaptado una historia a Kittyz, espero que les haya agradado. ¡Bye!
