Día 6: Confort

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La gran cocina y sus alrededores estaban plagados de silencio. Mientras Fizzarolli bebía su café negro y amargo en un rincón de la mesa, miraba su celular con un rostro apático y aburrido. Se abrió de piernas sobre su asiento y estiró sus brazos de metal flexibles entre medio de ambas, dejando la taza en la mesa y revisando cautelosamente las redes sociales en dónde etiquetaban su nombre y dejaban miles de comentarios por minuto. Enredó sus extensiones sin pensarlo, leyendo comentarios en su mayoría positivos.

Su rostro mostraba cansancio y falta de horas de sueño, porque desde que la ronda de shows había comenzado, todo era más difícil y agotador que al principio. Los entrenamientos eran un juego de niños a comparación de los shows, los cuales requerían un alto nivel y un desempeño perfecto. El resultado era bueno, pero la ansiedad aumentaba, al igual que la presión de no poder cometer errores.

Fizzarolli ni siquiera escuchó el momento en el que Asmodeus tomó asiento frente a él y se sirvió café de desayuno. De hecho, debido a todo el revuelo del debut, ni siquiera estaba demasiado pendiente de su hogar o de Ozz. Su mente solo estaba en el escenario, en los actos y en Mammon... Y al recordarlo, apretó muy fuerte su celular y siguió scrolleando sin frenar.

—Buenos días, mi amor —Asmodeus intentó saludar con algo de pudor— ¿Hoy tienes que ir tarde otra vez? ¿Cómo te sientes? No has frenado ni un día desde el debut y...

Se quedó callado, sumergido en arrepentimiento. Él no pudo concurrir en esos días claves debido a su trabajo, se perdió los eventos más importantes en la nueva vida de Fizzarolli y no podía dejar de sentirse mal por eso. No tuvo forma de dejar todo de lado, porque algunos asuntos con los cargos importantes de otros anillos eran imposibles de posponer por más que quisiera.

Desde que el debut de Fizzarolli se volvió viral en redes y su carrera despegó con mucho éxito, todo parecía ir bien en cuando a su desempeño y carrera. Sin embargo, Fizzarolli estaba actuando extraño.

No pudo convivir mucho con él y apenas pudo llegar el día anterior al hogar que compartían para ponerse al día en sus asuntos personales. No podía decir que estaba distante, porque actuaba normal y no lo evadía. Simplemente había algo que se sentía extraño en él, algo que no podía explicar con palabras.

—Lamento mucho... lamento mucho no poder estar a tu lado todo el tiempo —por alguna razón, Asmodeus sentía que debía disculparse. Era una corazonada, como si presintiese que había hecho algo mal en no estar en los primeros días de show—. Mammon te lleva y... han sido días duros entre mis viajes de negocios y tu agenda nueva.

Fizzarolli no parecía estar escuchando, estaba tan concentrado en su celular y en sus redes. Asmodeus bajó la mirada y se quedó en silencio algunos segundos con una expresión triste. Había algo que estaba mal, solo que no sabía que era.

—Lamento no haber podido presenciar el debut... —habló despacio y suave, se acongojó al decirle aquello.

Fizzarolli reaccionó y soltó el celular, para estirar su brazo y dejarlo sobre la mesa. Miró a Ozzie, apenas reaccionando y dándose cuenta de que estaba allí frente a él. Lucía triste y no lo comprendía. Muchas cosas pasaron, pero nada era su culpa. No había motivos por los cuales debía sentirse culpable, si después de todo, él era el único que velaba por seguridad y lo protegía desinteresadamente.

Recordar el amor que se tenían el uno al otro, hizo que Fizzarolli recobrara fuerza. Todo estaba bien, todo estaría bien mientras que el pecado lo amara y estuviera allí.

No importaba lo horrible que fuera todo... Si Asmodeus estaba allí al final de cada día, si podía verlo y sentir que era real y que no iba a abandonarlo, todo lo valía.

Fizzarozzie week 2024 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora