El viento movía tanto los árboles que estos iban perdiendo sus hojas lentamente; soltándose de las ramas y comenzando un rumbo desordenado en el aire, hasta llegar a su destino impredecible.
En cuclillas, acomodado entre las ramas de algunos grandes y antiguos árboles, Madara observaba el paisaje que se cernía sobre él. Su rostro estaba inexpresivo, no queriendo dejar salir ninguna emoción que podría hacerlo ver débil. Se quedó en silencio escuchando a los pájaros cantar y los pequeños animales recorriendo el bosque en busca de comida.
Con un largo y pesado suspiro bajó de su cómodo escondite y se posicionó en la entrada del bosque. Todo su odio volvió de repente. La impotencia y la ira retornó a su cuerpo hirviendo hasta la última gota de su sangre. Recordarlo provocaba un sentimiento burbujeante que nacía en su estómago y se estancaba en su garganta formándose un enorme nudo que le costaba hablar.
Definitivamente iba a matar a aquella escoria. Por todo el daño que les provocó a ambos, pero sobretodo a ella. En todos aquellos años Madara se dedicó a cuidar y proteger a sus pequeñas flores del exterior que pudiera marchitarlas. Hasta que llegó aquel miserable devolviéndole todo el dolor que ya había experimentado en el pasado y arrebatándole al gran amor de su vida. Maldecía el momento que decidió irse a una misión el mismo día que iban a atacar Konoha. Ella... hizo todo para poder salvar a su hija. Y el maldito Tobirama, no fue capaz de reaccionar a tiempo y salvarla de aquel ataque. Ella murió en los brazos de aquel imbécil y no en los de él. No pudo protegerla.
Maldición. De solo recordar aquello su rabia incrementaba.
Su vaga y desinteresada mirada se quedó fija en la hierba que se mecía despacio por el aire. El viento provocaba un leve silbido perceptible solamente si se estaba en silencio. Cerró sus ojos lentamente dejándose llevar por la tenue brisa, terminando por caer boca arriba en el pasto.
—Aún no puedo olvidar cómo me sonreíste por una última vez antes de irme, sigo sintiendo como si hubiera sido hoy—Murmuró para él fijándose en las nubes que surcaban el cielo.—Nadie te merecía realmente, ni siquiera yo...
Una pequeña hoja verde dio varias vueltas antes de recaer lentamente en el pecho del pelinegro llamando su atención. Se sentó y la recogió con cuidado, mirándola detenidamente. Pensativo, dejó ir sus pensamientos de vuelta a sus recuerdos de antaño, aflojando su agarre poco a poco hasta terminar por soltarla y devolverla a la serena brisa. Sonrió con nostalgia al entender aquel mensaje.
Debía dejarla ir. Tenía que avanzar.
Y así como las hojas llegado su momento se desprendían del árbol a causa del poder del viento, ella se desvaneció de su vida por la fuerza e injusticia del destino; pero le dejó un hermoso recuerdo que iba a conservar para siempre.
—¿Papá...?—Dijo la joven acercándose lentamente. El azabache la miró en silencio esperando que continuara.—Ya está todo listo... es momento.
Con determinación se levantó y se acercó a ella. Había crecido tanto, quién hubiera dicho que se convertiría en una hermosa chiquilla; tan parecida a su madre. Su corazón se apretó al volver a recordarla con aquella sonrisa que lo enamoraba una y otra vez. Nunca más podría volver a tenerla entre sus brazos.—Bien, vamos entonces, Harumi-chan.—Removió con cariño su cabeza desordenando aquellos cabellos oscuros—.
La azabache asintió tomando la mano de su padre y caminando hacia el lugar. Ninguno de los dos quiso hablar, no lo encontraban necesario. Con aquel simple contacto de sus manos podían transmitir toda la tristeza y pena que sentían por la partida de [T/N]. Una esposa y madre ejemplar que realmente dio su vida por protegerlos. El Uchiha tragó con fuerza tratando aguantar las amargas lágrimas al ver el ataúd ahí, listo para ser bajado a su espacio de descanso eterno.
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𝐋𝐔𝐙 𝐄𝐍 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃 ; 𝐔𝐂𝐇𝐈𝐇𝐀 𝐌𝐀𝐃𝐀𝐑𝐀
FantasyLuego de haber sido engañada por tu-ahora-ex marido, Tobirama Senju, tu vida cambia drásticamente al reencontrarte con aquel Uchiha. Quien desde el momento que se cruzaron nuevamente, nunca más quiso volver a separarse de ti. - ̗̀ kakashiftme 2O24...