cuatro

134 25 3
                                    







Los rayos de sol se filtraban por la ventana acariciando mi rostro y calentando mi cuerpo. La sensación de comodidad que tenía era impresionante para tratarse de un bus. El traqueteo de las ruedas me indicaba que aún no llegabamos, pero lo más probable es que estuvieramos próximos a arribar.

─ Sugawara no los molestes. Los vas a despertar

─ Es que se ven tan lindos así.

─ Maldito Tsukishima.

─ Shimizu, sentemonos juntos a la vuelta.

─ No.

Aquel bullicio no pasaba desapercibido para mi mente, la cual ya me estaba implorando que abriera los ojos. Grande fue mi sorpresa al darme cuenta que tal comodidad se debía a que me encontraba completamente apoyada en Tsukishima, prácticamente lo estaba usando como almohada.

Rapidamente me separé de él siendo gobernada por la verguenza que sentía. No tenía idea en qué momento de la noche había ocurrido aquello.

─ Tu cabeza pesa más de lo que crees ─ habló Tsukishima como si nada. Abrió los ojos y me miro con una sonrisa ─. De regreso te va a tocar a ti.

Pese al sonrojo que a cada minuto crecía más, fue inevitable sonreir. Aquel era el poder que tenía.

─ Pero... ¿me puedes decir qué estabas soñando? Hubo un momento en que abrazaste mi brazo y no soltaste más.

Definitivamente iba a matar a este hombre.

─ Vamos, ya llegamos.

La emoción se sentía en el aire, era un espacio para aprender y crecer. Veía al equipo y sus ganas de jugar me agobiaban, pero sus sonrisas me tranquilizaban.

Habían cuatro preparatorias: Nekoma, Fukurodani, Ubugawa y Shinzen. Y cada una se destacaba en un aspecto diferente. Habían tantas oportunidades y opciones que hasta yo me llegaba a emocionar. Tome mi libreta y comencé a hacer anotaciones sin parar, iba a aprovechar al máximo aquella instancia. Eran dos días que iban a ser aprovechados al máximo.

Había perdido la cuenta de cuantos sets llevabamos perdidos, pero finalmente habíamos ganado el primero gracias a la llegada de Hinata y Kageyama. Tsukishima agotado se sentó a mi lado. Llevábamos ya algunas semanas relacionándonos, habíamos creado una amistad un tanto extraña, pero bastante unida. Apoye mi cabeza en mi mano para mirarlo.

─ Creo que hace semanas no te veía trabajar tan duro ─ lo molesté.

Me miró con una sonrisa traviesa ─. Al fin te das cuenta. Estaba cansado de tener que recibir balones desviados para llamar tu atención ─ tomo agua de su botella antes de continuar ─. Ahora no dejes de mirarme.

Mi ceño se frunció, una muestra contraria a mi corazón que retumbaba eufórico en mi pecho. Tome la pelota que tenía al lado y se la lancé con fuerza a su cabeza haciendo un ruido sordo en el gimnasio.

Idiota.

─ ¡Buen lanzamiento Nakano! ─ gritaron Tanaka y Kageyama entre risas.

Tsukishima se dio vuelta lentamente. Su semblante era serio, por lo que no me permitia definir si estaba molesto o divertido, pero no fue necesario, ya que se acercó lo suficiente para inclinarse frente a mi. Me miró a los ojos y sonrió.

─ Sabes, tus ojos tienen un poco de verde.

Puse mi mano en su cara y lo aleje de mi ─. Ve a bloquear algunos remates antes de que te golpee en tu linda cara.

─ ¿Crees que soy lindo?

─ Tsukishima...

─ Ya voy, ya voy.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 25 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝗕𝗜𝗕𝗟𝗜𝗢𝗣𝗛𝗜𝗟𝗘 ━━ tsukishima kei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora