"No sé qué hacer con mi vida".
Es un pensamiento persistente en mi mente que se queda sin respuesta mientras miro el techo de mi habitación en la oscuridad de la noche.
Me acerco a la ventana y observo los bonitos edificios que brillan en la fría y oscura noche.
"Espero que mi vida un día brille así".
En ese momento me llega un mensaje.
—Hola amor, ¿ya te dormiste?
"Ah, es solo mi novio...".
Recuerdo que nos hicimos pareja por un reto y luego nos atraímos, además de que todo estaba planeado por nuestras familias.
Aunque no todo ha ido tan bien. En vez de mejorar nuestra relación, está empeorando.
"No sé, pero no quiero contestarle. La relación solo empeora. En algún momento todo se irá a la mierda".
En lugar de agarrar mi celular de la mesita, lo dejo reposando sin contestar ese mensaje. Luego me duermo por el sueño que tengo.
—¡Oh por Dios, no me contesta los mensajes! Esa perra.
Deja su celular en su pantalón mientras se fuma un porro y luego se besa apasionadamente con una mujer.
A la mañana siguiente, suena el despertador y en las ventanas del departamento se refleja la luz del sol.
Con mucho cansancio y trabajo, me despierto con los ojos somnolientos y apago mi alarma.
—Aah~ —bostezo—. Otro día en el trabajo como repartidora.
Alisto mis cosas en mi mochila, llevando lo más importante: mi celular, un cargador, mi cartera, una sombrilla y audífonos.
Me levanto para desayunar un batido de plátano con avena, algo muy sencillo, delicioso y perfecto para comenzar el día.
Haré mis entregas como suelo hacerlo todos los días. Días aburridos, pero es el sustento de mi vida y parte de la rutina.
—Aquí están los paquetes, te entrego la camioneta para que conduzcas todas las entregas a su destino.
— Okey, muchas gracias.
Respondo a mi compañero de trabajo, que también tiene una cara de fastidio. Con una sonrisa fingida y unos ojos cansados, le digo adiós.
—Adiós.
Mientras conduzco, recibo un mensaje de mis amigos invitándome a una fiesta en la noche, para celebrar a un amigo gay.
—Hola, Vale. Estás invitada a la fiesta de Matías. ¿Irás? Puedo pasarte a buscar con unos amigos. La fiesta será en un lugar privado y lujoso que hemos alquilado entre varios.
—Ah, okey, esta bien. ¿A qué hora me pasarías a buscar?
—Mmm, a las 8:30 pm, ¿te parece?
—Si, estaré lista.
"Oh Dios, esto es muy tentador pero siempre me han encantado las fiestas".
Terminando mi agotador trabajo, me alisto para la fiesta.
"Algo casual estaría bien, total, no voy a ligar con nadie".
Suena mi celular de nuevo; es una nueva llamada entrante. Recojo el teléfono y contesto.
—Hola, ¿quién es?
— Amor... Bebé, te amo bb~ ahsjka... hip... Jdjsqk~
Se escucha la voz de mi novio completamente ebrio, sin que pueda entender ninguna palabra. Luego oigo una voz detrás de él.