- Mattheo Riddle

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❝Follar para no pelear.❞

Resumen: Iniciaste una discusión porque hizo algo que no te gustó únicamente por sus celos sin justificación, pero todo se da vuelta y quién toma la autoridad es él.


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Llegaste a la habitación de Mattheo comenzando una discusión porque él había golpeado a uno de tus amigos, que por cierto, no le agradaba para nada.. Bueno, ninguno de tus amigos le agradaba en realidad..

Estabas muy enojada, creías que no había necesidad de que lo golpee.

"El idiota se la pasa detrás tuyo, esa es la suficiente razón para golpearlo."  dijo levantándose de la cama, mientras se acercaba amenazante hacia ti.

Al ver su cercanía demandante, caminaste unos pasos hacia atrás.

"Tú eres un idiota"  le dijiste, sin saber de dónde sacaste el valor.

Mattheo soltó una risa sarcástica y sostuvo tu mandíbula con una mano, mientras que con la otra colocaba tu cabello detrás de tu oreja.

"No tienes idea de lo mucho que me pones cuando intentas verte enojada.."

Frunciste el ceño, ¿Eso era lo único que había pensado después de todo lo que le dijiste?  

"Jodete, Mattheo. No puedes solucionar nuestras discusiones teniendo sexo."  reprochaste

"No, verdad? Luego buscaré otros métodos para solucionar nuestras discusiones, pero hoy te follare hasta dejarte temblando, amor."

Realmente no esperabas esa respuesta.. ¿En serio no te veías tan enojada..?

Si, ni siquiera pudiste pensar mucho en eso porque Mattheo conectó sus labios con los tuyos bruscamente mientras su mano bajaba a tu cuello, apretándolo levemente. Entonces, obvio estabas enojada, pero todo lo que tu cuerpo te permitió hacer fue corresponderle y dejar que hiciera lo que quisiera esta vez.

"De rodillas, ahora." ordenó, y solo pudiste obedecer.

Te arrodillaste frente a Mattheo, mirándolo con ira y frustración en sus ojos. Pero Mattheo simplemente sonrió, sintiendo una oleada de poder y control mientras te miraba.

"Quieres jugar de esa manera, ¿eh?" se burló.

"Prepárate para tragarte tu orgullo, junto con mi polla".  se desabrochó los pantalones, dejando que su endurecida polla saltara. Lo agarró bruscamente, acariciándolo mientras se elevaba sobre ti.

Te miraba con satisfacción, como si estuviera orgulloso de ser grande, fuerte y demandante, y que tú fueras la pequeña cosa linda que le pertenecía.

Y como si fuera poco, te encantaba. Te volvía loca este lado de Mattheo. Por Dios, a quién no?
Estabas completamente a sus órdenes, aunque tal vez luego te reprocharías a ti misma por dejarte ver tan sumisa, todo lo que podías hacer ahora era obedecer y rogar por no estar tan dolorida mañana..     

"Saca la lengua hacia afuera, amor."

Podías ver lo duro que estaba, lo mucho que te deseaba, pero prefería jugar contigo para demostrar que él tenía la autoridad ahí. Decidiste dejarlo ganar esta vez, y sacaste la lengua como él pidió.

"Eres tan bonita.." dijo en voz baja, antes de deslizar la punta de su polla en tu lengua, pero sin llegar a meterla en tu boca.

Suspiró ante el contacto que él mismo provocaba.
jugó en tu lengua algunos segundos antes de golpear tu mejilla repetidas veces con su polla, entonces finalmente la deslizó por tu lengua por completo, metiendo todo lo que podías soportar en tu boca.

Rodeaste con tu lengua el glande de Mattheo, haciendo que éste cerrara los ojos de placer.
Te dejó ir lento, que te acostumbraras al intruso en tu boca por un momento, y pasó su mano por tu mejilla mientras le chupabas suavemente la polla, acariciando con tu mano lo que no entraba en tu boca.

En cierto punto, tú ritmo le pareció muy lento, comenzó a necesitar más.
Pero él sabía que no aumentarías tu velocidad por cuenta propia ya que temías hacerlo mal, así que tomó tu cabello, sujetandolo en una coleta mal hecha alrededor de su mano y aceleró tu ritmo, yendo más rápido.

"Oh.. Joder.." lo oíste gemir, y, Dios, estabas segura de que podrías correrte con solo escucharlo.

Tus ojos se llenaron de lágrimas y algunas cayeron por tus mejillas cuando su polla golpeó tu garganta en repetidas ocasiones, pero se sentía tan bien hasta para ti.     

Sacó su miembro de tu boca, para dejarte respirar unos segundos..
Lo pasó por una de tus mejillas, mezclándolo con tus lágrimas antes de volver a introducirlo en tu cavidad bucal.

Mientras él te manejaba a su antojo, tú cruzaste las piernas, intentando buscar algún tipo de fricción y alivio para el dolor que tenías entre tus piernas. Mattheo notó eso y sonrió, acelerando la velocidad de su polla en tu boca, soltando varios gruñidos.

Pasó uno de sus pies por entre medio de tus piernas, frotando tu intimidad por encima de tu ropa interior con la punta de su zapato, causandote un gemido de alivio.
Tu gemido vibró en su miembro, haciéndole fruncir el ceño y tirar la cabeza hacia atrás.

"Mierda.. Joder, joder, joder!.." gimió acelerando aún más sus movimientos con tu cabeza

Tus lágrimas caían por el constante golpe en tu garganta, su zapato presionaba exactamente en tu botón hinchado causandote más calor, jadeaste por la falta de fricción y luego de que la punta de su polla golpeara una vez más tu garganta, finalmente se corrió.

"Buena chica.."    

Sentiste los chorros de semen invadir tu boca, Mattheo deslizó su miembro hacia afuera rápidamente, provocando que gruesas cuerdas de sus fluidos mancharan por toda tu cara.
Tragaste lo que quedó en tu boca y respiraste agitadamente..

Eras un completo desastre de lágrimas, saliva y semen.

"Dios.. Te ves preciosa, déjame tomarte una foto así.."

Claramente la noche no terminó ahí. Él dijo que te dejaría temblando, y así fue. Horas y horas de la madrugada arremetiendo contra ti, haciéndote gritar de placer..
Demostrandote que él mandaba en la relación..

Pero claro que no ibas a dejar eso así.
Pasaron algunos días y creíste que era buena idea desafiarlo..

Una de las cosas que más odiaba Mattheo era que no le hicieran caso, entonces, sería tu venganza perfecta.
Volviste a hablar con aquel amigo tuyo, el que él odiaba, por el cual se puso celoso la última vez..
Pero esperaste el momento exacto en el que Mattheo estuviera mirándote.

Estabas sentada en el patio, en una banca junto a tu amigo, ambos charlaban sobre un libro que leyeron hace un tiempo, ambos reían, entonces te acercaste un poco más a él, poniendo una de tus manos sobre su pierna y susurrando algo en su oído.
Tu amigo rió ante lo que sea que le dijiste y no pudo hacer nada más porque Mattheo te jaló del brazo, levantándote y alejandote de aquel chico.
Oh. Joder.

No hay nada que te salve ahora..



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Slytherin Boys ── ONE SHOTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora