–Lo que Yuin necesita es un heredero—, la voz de su madre resonó con firmeza y sin titubeos. La miró, y al igual que él, todos los presentes tenía su total atención en ella, pues la omega apareció de imprevisto en el consejo matutino, luciendo un hermoso vestido color negro y su cabello perfectamente peinado en un moño que sostenía el binyeo con la figura de un dragón. Hermosa y poderosa, digna de ser llamada la reina viuda, la reina madre, su madre—. Los reinos vecinos no dejarán de vernos como un pueblo vulnerable y débil si el trono no es fortalecido.
–Su alteza.
Los eruditos presentaron su respeto al unísono, agachando la cabeza hasta que ella terminó de subir los escalones del trono para sentarse a un lado de su hijo, quién no dejó de mirarla, pero tampoco hizo amago de saludarla. No le agradó su interrupción, pues no gozaba de verse como un indefenso niño que es contradecido constantemente por su progenitora frente a la bola de buitres que esperan con ansias picotear su carne.
–La reina, su alteza—, la voz de YeoBeen se hizo presente, llamando la atención de los eruditos, quienes asintieron tras darle una corta mirada el ministro de estado, quién se mantuvo sereno, pero igualmente atento a las palabras de su hija, unas que fueron ensayadas antes de entrar al salón ceremonial—. Él no ha podido engendrar un hijo desde hace años. Las posibilidades de que sea infértil son cada vez más… evidentes.
El tema a discutir antes de que Kim HyeSun osara inmiscuirse en los asuntos del reino, eran los constantes conflictos que se tenía con Sirgo, el reino vecino que parecía ensimismado en enviar pequeñas tropas a la frontera para hurtar víveres y armamento que, por obvias razones, jamás llegaba a manos del rey. Era absurdo pensar que el monarca creyera que veinte hombres podrían en contra del ejército yuiniano, pero, y debido a los constantes enfrentamientos, Taehyung comenzaba a tomar esos pequeños roces como un perjurio antes de la guerra.
No le convenía entrar en conflicto con su vecino, si bien, aquél reino no presumía de tener la mejor armada, tampoco negaría que se verían terriblemente afectados por ellos. Los sirganos eran aguerridos, feroces y vengativos. Taehyung siempre lo tuvo presente después de aquella guerra que enfrentaron contra Percia, una nación estable tanto política como económicamente, con un ejercicio de más de cien mil alfas que fueron cruelmente derrotadosy masacrados por las fauces de Sirgo, hasta convertirlos en cenizas.
Definitivamente no tentaría a la suerte. Su madre tenía razón, su falta de heredero dejaba un hueco que fácilmente podría ser ocupado con alguien fuera de la línea de su propia descendencia, y era un vergüenza que teniendo ya los treinta años cumplidos y a dos omegas a la entera disposición de su cama, no tuviera un cachorro al cual nombrar como el siguiente en la línea de sucesión. Pero, ya se encontraba lo suficientemente contrariado internamente como para echarse más peso sobre la espalda. Había miles de problemas pero muy pocas soluciones, y el constante reproche que recibía por parte de su estado y familia, lo empujaban a un punto de no retorno, llenando gota a gota el diminuto vaso que contenía su paciencia.
–No importa lo que haga, ustedes jamás estarán conformes con nada—, su voz grave logró acallar los murmullos de su consejo. Cansado de escuchar las mismas palabras una y otra vez, el monarca terminó por soltar un suspiro que dejó en evidencia su fastidio. Echó la cabeza hacía atrás, apretando sus párpados y permitiéndose respirar pausadamente de esa manera—. Si la reina no puede darme un heredero, mi concubino lo hará. ¿Cuál es el problema?
–Que sus hijos serían ilegítimos, mi rey—, está vez fue su madre quien habló—. Aunque esté casado con él, sus hijos con el concubino serían solo eso, hijos bastardos. En cambio, con la reina…
–Comprendo—, la interrumpió recuperando su postura para devolverle la mirada—. Quieren a un Jeon en el trono, eso ha quedado claro. Mis hijos con Jimin cargarán con la maldición de poseer sangre plebeya. ¿Es eso lo que los acongoja?
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CONCUBINO JEON [TAEKOOK]
Romansa"¿Cuánto dolor estás dispuesto a soportar por intentar recuperar algo que quizás jamás fue tuyo?" "Lo que sea necesario. Haré todo lo que esté en mis manos para hacerte pagar todo el dolor que viví. Recuérdalo bien, Jimin. Ojo por ojo, hijo por hijo...