SI TU NO VUELVES

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                              CAPITULO 4

By  Tom

Después de que Bill saliera de casa corrí a la chica que estaba en mi habitación y con la cual había pasado la noche, ella salió muy molesta y maldiciendo, la verdad era que poco me importaba esa chica, la conocía de la universidad y sabía que yo le gustaba, no fue un reto meterla en mi cama yo solo quería que Bill nos escuchara.

Bill, ¡mi pequeño Bill! Pensar en él me quemaba por dentro, aunque frente a él me hiciera el fuerte la verdad era que moría de ganas por comer de su boca, esa boca que era como tocar el cielo y su cuerpo tan delgado, tan delicado, tan suave, recorrer y saborear con mi boca cada parte de Bill era una experiencia fuera de este mundo, porque mi Bill era un ser celestial.

Pero estaba negado a mi, me odiaba por amarlo como lo hacía y quería que él también me odiara por eso durante todo este tiempo me había encargado de alejarlo de mí, no podía con la culpa por la muerte de mamá y aunque sabía que mi Bill era el menos culpable debía alejarlo y por fin lo había conseguido.

El se había ido está mañana, cuando me quedé solo en casa, entre a su habitación, me acerque a su cama y me recosté tomando una almohada la abrace y hundí la cara en ella para respirar su aroma las lágrimas que había guardado desde la muerte de mamá comenzaron a brotar, algo se había roto dentro de mi, sentir su aroma llenar mis pulmones era lo único que queria en este puto mundo, en esta cama habían quedado los mejores momentos de mi vida a lado de mi hermano y me permití llorar, llorar como un niño pequeño al llenarme de recuerdos de Bill, está habitación encerraba los momentos más hermosos de mi vida, pero también encerraba el dolor más grande que fue verla morir. Aun cuando todos creyeran que yo era el fuerte siempre era yo quien buscaba a Bill, era yo quien siempre entraba a hurtadillas hasta su cama, era yo quien había iniciado todo aquel día, pero también lo había iniciado hace años cuando lo bese sin que él lo esperara las imágenes de años atrás cuando había comenzado todo me atormentaban.

Siempre hubo algo diferente entre Bill y yo éramos muy unidos desde niños pero fue cuando cumplimos 12 años que las cosas comenzaron a cambiar, recuerdo cuando una noche en la que había tormenta salí de mi habitación para ir con él.

_Billy, estás despierto?

Susurraba parado en la entrada de su habitación

El se dió la vuelta con su carita adormilada, se talló sus lindos ojitos y me dijo

_ Si Tomy,¿ pasa algo?

Me acerque hasta su cama, el me hizo un espacio a su lado, para que pudiera resguardarme, siempre le temí a las tormentas, me acomode quedando frente a Bill, quien me miraba con complicidad pues él sabía de mi temor aún cuando yo nunca se lo confesara.

_ Nada, solo creí que tal vez tendrías miedo, ya sabes por los truenos

Él sonrió un poco, cerrando sus ojos para seguir durmiendo.

Lo mire y me quedé embobado ante su imagen, algo comenzó a pasar en mi estómago era una sensación tan hermosa, tan grande pero que me llenaba de miedo, el corazón me latía como loco parecía que se me saldría del pecho. No pude evitarlo, no estaba pensando en que a quien tenía frente a mi era mi hermano y me deje llevar, me acerque a él y lo besé. Había sido un beso corto y rápido pero él abrió sus ojos muy grandes y yo me separé de inmediato haciéndome hacia la orilla de la cama. La mirada de Bill fue de sorpresa.

_Tomy? Que...?

_Bill, lo siento yo...

Estaba muy nervioso, prácticamente de un salto salí de la cama pero antes de que me alejara sentí su mano, tomando la mía. yo no podía verlo, me moría de vergüenza, ¿Qué carajo había hecho?

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