Enserio me gustas.

208 35 4
                                    

Como siempre, ya no sabía qué hacer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Como siempre, ya no sabía qué hacer. Había pasado una semana desde que Patricio me dijo que me fuera a buscar a Guido. Siete días desde que Emilia me dijo cosas horribles.

Y no hice nada al respecto.

Estaba empezando a no gustarme más la persona en la que me estaba convirtiendo.

Siempre fui una chica segura de sí misma y aunque estaba entre tímida y extrovertida, sabía cómo lidiar con la mayoría de las cosas.

Y todo había cambiado.

Emilia y yo éramos amigas, pero su opinión nunca me importó tanto como parecía importarme últimamente. Y eso fue triste.

Era como si tuviera que creer cada palabra que salía de su boca automáticamente, sólo para no sentirme culpable más tarde.

Estaba saliendo de la clase de Política cuando vi a Guido. Estaba evitando los mismos lugares que él, para evitar situaciones incómodas.

Pero ahí estaba él. Vestido con un conjunto de buzo y jogging, tomandose un café. Inmediatamente. Sentí que mi corazón dio un vuelco cuando terminó encontrándose con mi mirada.

Sentí que me sudaban las palmas de las manos cuando me di cuenta de que Guido caminaba hacia mí. Incluso me sentí como si un ángel viniera a buscarme.

-Hola Guido.– Dije torpemente y él suspiró.

-Pasé siete días siendo ignorado por vos y no tiene sentido que me contradigas porque evitaste ir a los mismos lugares que yo.– Dijo con seriedad y hasta pareció dolido.

Quizás lo estaba.

-Pensé que me habías dejado bien en claro que te tenia que olvidar.– Dije y él negó.

-¿Y vos lo creíste? Sólo quería que te fijaras un poco en mi.- Dijo Guido y tragué fuerte.

-Siempre me fije en vos Guido, desde el día uno.– Confesé y él me miró sorprendido.

-¿Y por qué no fuiste capaz de ir a buscarme? Patricio dijo que habló vos y no sabes cuando te estuve esperando.

¿Eh, Patricio le conto todo?

Yo no lloraría en frente de alguien. Nunca.

Pero Guido se estaba abriendo a mí de una manera que nunca pensé que me afectaría, pero lo hizo.

Miré a Guido nuevamente y respiré profundamente. Él era tan hermoso. Sentí como si estuviera viendo una obra de arte cada vez que lo miraba.

Su belleza exterior ni siquiera se acercaba a su belleza interior. Y ese era solo él.

-¿Queres tomar un café conmigo?- Preguntó Guido.

-¿No te estas tomando uno ya?- Pregunté con gracia y él sonrió de reojo.

ᴠɪᴠᴀᴍᴏꜱ ᴇʟ ᴍᴏᴍᴇɴᴛᴏ ; Guido SardelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora