Camila tiene que lidiar con sus sentimientos cuando ve al chico del que siempre estuvo enamorada poniéndose de novio con su mejor amiga.
Mauro ''Duki'' ni siquiera se imagina que Mila siente algo por el, solo por el simple echo de que ella lo sabe o...
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Guido todavía se quedo quieto mientras estaba mirándome. Suspiré largamente y sonreí débilmente. Mauro debió haber notado nuestro intenso intercambio de miradas y me tocó el hombro.
-¿Che, me perdí de algo? - Preguntó Mauro confundido.
Yo negué y le sonreí.
Guido todavía estaba mirándome.
Estaba empezando a sentirme incómoda con su mirada. Era todo muy raro. Y eso no me gustó para nada.
-¿Por qué no seguís adelante? Te veo más tarde– Le digo y Mauro asintió.
-Voy a aprovechar y conseguir algo para tomar mientras.– Dijo y golpeó a Guido juguetonamente en el hombro antes de irse.
Dios mío, ¿Qué mierda fue eso?
Me las arreglé para pasar unas horas en el mismo ambiente que Mauro Lombardo sin asustarme internamente.
Pero esa sería la primera y última vez, no puedo darle suerte a la mala suerte.
Guido tosió falsamente y lo miré seriamente.
-¿Y a vos que te pasa?- Le pregunté y me miró ofendido.
-No sabía que mentías tan, tan bien.- Dijo Guido secamente.
Respiré hondo y me crucé de brazos. ¿Estaba hablando en códigos?
-¿De que estas hablando?- Pregunté nerviosamente y él resopló.
-De vos y Mauro.– Dijo en voz alta.
El tutor de la biblioteca nos fulminó con la mirada debido al ruido.
-¿Que te pasa? ¿Te pico el bichito de ''Hoy le rompemos los huevos a Camila''? - Respondí en voz baja y enojada.
Guido se rascó la nuca con brusquedad.
Es obvio. Me estaba ocultando algo.
-¿Cómo te pensas que me siento al ver como cancelas el almuerzo conmigo para estar con él?- Dijo Guido y tragué fuerte.
-No cancelé nada con vos, y ni siquiera lo hice a propósito para estar con el, fue todo una coincidencia.– Dije y él lo negó.
-Sos una mentirosa.– Dijo Guido.
Respiré hondo y me di la vuelta buscando la salida.
No estaba obligada a escuchar nada de él, después de todo, no teníamos más que un acuerdo. Nada más.
No era una mentirosa y ni siquiera quería conocer a Mauro a escondidas.
-Mila, no terminé de hablar.– Dijo Guido caminando detrás de mí.
Me detuve y me volví hacia él. Y es ahí donde me di cuenta de que tenía la cara mojada.
