Camila tiene que lidiar con sus sentimientos cuando ve al chico del que siempre estuvo enamorada poniéndose de novio con su mejor amiga.
Mauro ''Duki'' ni siquiera se imagina que Mila siente algo por el, solo por el simple echo de que ella lo sabe o...
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Dejé la clase de geografía política y todavía estaba pensando en lo que había dicho Guido. Es literalmente un idiota.
Habíamos reservado más de tres clases para ayudarlo y estaba empezando a considerar perder créditos en la aplicación. Él no valía mi estrés.
Podría empezar a vender cuentas o incluso algún tipo de emprendimiento para poder pagar todos mis gastos gracias al depto. Bueno, no sabía cómo hacer nada de eso.
Te metiste en un lindo quilombo, decía mi mente y no podía estar en desacuerdo.
Llegué a la biblioteca, dispuesta a poner fin a cualquier tipo de amenaza que Guido pudiera ofrecerme. Él no era nada y ni siquiera tenía el poder de persuadirme.
Estaba sentado y vistiendo la camiseta del equipo. ¿Eso significaba que había vuelto? Porque si es así, me desharía de él antes de lo que pensaba.
-¿Podemos empezar? - Le pregunté sentándome frente a él y él permaneció en silencio mientras me miraba. - ¿Que pasó?- Dije nerviosamente y él se rió entre dientes.
-Mauro piensa que sos rara.– Dijo Guido y tragué fuerte.
Yo no era rara. Era relativamente normal y, hasta cierto punto, nunca me molestó. Pero que Mauro tenga ese pensamiento de mi sin conocerme primero me hizo sentir un poco estúpida.
Cerré mi mochila y me levanté bruscamente. Nunca nadie me había llamado rara en la cara. Y por eso sentí ganas de llorar.
Mauro Lombardo pensó que yo era rara.
-Mila, no hace falta que te vayas– Dijo Guido caminando detrás de mí y lo negué.
-Vos te callas la boca– Le dije y respiré hondo tratando de tranquilizarme.
Mi cuota mensual de vergüenza ya había excedido su límite.
-Tampoco tenes necesidad de huir.– Dijo Guido y se detuvo frente a mí. Bloqueandome el paso.
Estaba empezando a aceptar el hecho de que todos mis pecados estaban siendo pagados por esta semana.
-No te voy a ayudar mas con las clases si me seguís humillando así, Guido.– Dije seriamente y él pareció pensar.
-Está bien, perdoname.– Preguntó y yo resoplé.
Volvimos a la mesa e hice lo mejor que pude para concentrarme en el tema de mierda. Pero mi cabeza estaba en otro lado, era un mambo.
-Ganaste, decime qué dijo Mauro de mí.– Le pregunté y él se rió débilmente.
Bueno, necesitaba saber qué estaba pasando y que pensaba el de mi para poder evitar una catástrofe. Yo me niego a que Emilia se de cuenta y se entere de que yo estaba secretamente enamorada de su novio, si como leyeron.
Estaba porque al enterarme de que ellos están juntos, desde el minuto cero me prometí apagar ese sentimiento que siento hacia el, aunque siendo sincera hace bastante que Mauro me atraía, pero eso tampoco es una excusa.
