Amor imposible

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Miró a Mauro que estaba al otro lado del gimnasio

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Miró a Mauro que estaba al otro lado del gimnasio. Sus brazos fuertes y tatuados parecían esculpidos por los dioses olímpicos. Ni siquiera el brillo de su piel provocado por el sudor y su cara tatuada lo hacía menos atractivo.

No sabía una mierda sobre básquet y no tenía ningún interés en el tema, pero Mauro era mi tema de conversación favorito y a el le gustaba jugar cierto deporte. Entonces ahí estaba yo. Viendo otro de sus entrenamientos.

-¿Babeando por alguien en especial? - preguntó Emilia en cuanto se sentó al lado mío. Tragué fuerte negando con la cabeza, tratando de disimular un poquito lo nerviosa que me puso su pregunta.

Nadie necesitaba saber de mi flechazo por Mauro Ezequiel Lombardo.

Ni siquiera mi mejor amiga.

-¿Ni siquiera por él? - preguntó señalando a Duki y yo me reí haciendo montoncito.

-Estoy soltera pero no desesperada.- respondí y ella puso los ojos en blanco.

Miré el reloj y me percate que llegaba tarde a la clase de sociología. El profesor de esa materia odiaba las tardanzas.

-¿Te veo en el depto? -. Preguntó y yo lo negué.

-Hoy no me esperes, tengo que cursar la materia de sociología, y en este momento estoy llegando un poquito tarde, ya sabes que a ese profesor no le gusta para nada las tardanzas – respondí y bajé de las gradas. - ¿Vos ya te vas? - pregunté y ella se rió débilmente.

-Necesito admirar un poco más a estos hombres – dijo Emilia y yo me encogí de hombros riéndome.

¿Qué podría pasar en esos últimos 10 minutos de entrenamiento? Así es, absolutamente nada.

Estar en la Facultad era demasiado estresante. Creo que los directivos podrían proporcionar apoyo psicológico de vez en cuando. 

Entrar en una buena universidad ya es bastante difícil, permanecer en una es muchísimo peor.

El curso de Historia no estuvo tan ocupado como pensaba y la verdad es que fue un alivio no tener un aula con más de 20 alumnos. Le di gracias al cielo por eso. En la clase de Emilia hay más de 50 alumnos, después de todo, ella quiere estudiar Diseño de Moda. En este momento de la sociedad, se volvió crucial.

La gente quiere estar bien vestida y no ser juzgada.

Ya después de la clase de sociología, fui a la biblioteca para encontrarme con un chico de la Facu. Todos en la Facultad tenían una cuenta en una aplicación, como Tinder, para tener clases de apoyo con otros estudiantes y si estabas disponible ese día y conocías esa materia, se producía un "match".

Un chico con el pelo rubio y bien largo hasta los hombros, estaba sentado torpemente y parecía aburrido. Puse los ojos en blanco y miré la descripción que el dio en el mensaje que intercambiamos.

ᴠɪᴠᴀᴍᴏꜱ ᴇʟ ᴍᴏᴍᴇɴᴛᴏ ; Guido SardelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora