Su ''chica''

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Me desperté muy a mi pesar, al fin y al cabo, la luz del sol entraba por la ventana y me daba en la cara

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Me desperté muy a mi pesar, al fin y al cabo, la luz del sol entraba por la ventana y me daba en la cara. Intenté moverme pero un brazo estaba alrededor de mi cintura.

Sentí un aliento golpear mi cuello y se me puso la piel de gallina. Involuntariamente me acurruqué contra la persona y pero después me percate quien era la persona con la que me encontraba durmiendo.

Abrí los ojos de golpe y vi el brazo que me abrazaba. Era Guido. Lo identifiqué por sus dos anillos de plata que todavía estaban allí y quería levantarme pero era imposible porque su brazo me lo impedía.

-Guido.– Lo llamé en voz baja y él se movió.

Me saque el brazo de encima y me levanté despacio. Miré por la ventana y desde lejos ya podía ver a algunos chicos de la facu encarando para el predio.

Me puse mis zapatillas y me peiné.

Volvi a la cama y le di unas palmaditas en el hombro desnudo de Guido. Me tragué la vergüenza y traté de mantener mi postura cuando abrió los ojos.

-Deja de mirarme así.– Dijo y yo puse los ojos en blanco.

Guido se levantó y no pude evitar notar su erección. Que hijo de puta 

Me tape mis ojos y escuché su risa. Es un imbécil.

-No puedo creer que te hayas dormido abrazándome así.– Le dije y él se rió.

-¿Que querías? ¿Que durmiera en el piso amigacha?- Se burló y yo asentí dando a entender que era algo obvio.

-Pervertido de mierda.– Le golpeé el hombro y me dirigí hacia el baño.

 -¿Tenes algún cepillo de dientes sin usar? - Le pregunté y él asintió.

Guido entró al baño y lo miré confundida. Se puso a mear justo adelante mío y me tapé los ojos con el cepillo en la boca.

-¡Que alivio! - dijo cínicamente.

-Discúlpame eh, pero tu cosa no era lo primero que esperaba ver en la mañana.– Le dije y él se rió.

Después de prepararme, salí del baño y esperé a Guido en la habitación. Salió del baño ya vestido y afortunadamente no hizo más bromas sobre ese extraño suceso.

Me miró y sonreí de reojo.

-¿Y bueno, qué te pareció? - Preguntó y lo miré confundida.

-¿Que cosa? - Le pregunté y ocultó su risa.

-Exactamente eso, mi cosa, como vos la llamaste – dijo Guido cínicamente tratando de contener la risa.

-Sos tan innecesario a veces.– Le golpeé el hombro y salí de su habitación.

La casa estaba más ordenada que la noche anterior y mi olfato lo agradecía. Además de Patricio, había un chico más y parecía un poco más lúcido que los otros dos.

ᴠɪᴠᴀᴍᴏꜱ ᴇʟ ᴍᴏᴍᴇɴᴛᴏ ; Guido SardelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora