Cicatrices de Amor//(FuegoleonxNozel)( Omegaver)

El Juego del Orgullo Parte 2

Esa tarde, Nozel estaba en la oficina cuando escuchó voces provenientes de la sala de descanso. Decidió investigar, pensando que tal vez era una conversación trivial. Sin embargo, lo que escuchó cambió todo.

Esa tarde, Nozel estaba en la oficina cuando escuchó voces provenientes de la sala de descanso. Decidió investigar, pensando que tal vez era una conversación trivial. Sin embargo, lo que escuchó cambió todo.

-¿Cómo va todo con Nozel? -preguntó Yami, su tono casual pero curioso.

-Es un juguete interesante. Me gusta jugar con él, pero no me importaría si se va -respondió Fuego, riendo con desdén

Nozel sintió como si el suelo se desmoronara bajo sus pies. Las palabras de Fuego eran una traición a todo lo que había creído. La sensación de ser solo una pieza en un juego de poder le dolía profundamente, y el celo de Fuego como alfa se transformaba en una herida abierta para Nozel, un omega que había confiado en él.

Regresó a su oficina con el corazón pesado, su mente llena de confusión y dolor. No podía creer que todo lo que había experimentado con Fuego hubiera sido solo una ilusión. El eco de las palabras de Fuego resonaba en su mente, intensificado por las feromonas de desdén que aún sentía en el aire

-Esto no puede ser cierto -murmuró Nozel para sí mismo, intentando procesar lo que había escuchado.

A pesar de su angustia, Nozel sabía que necesitaba actuar con rapidez. Decidió que debía confrontar a Fuego y poner fin a esta situación de una vez por todas. Mientras se dirigía al despacho de Fuego, sintió una oleada de emociones encontradas: ira, tristeza y determinación.

En una conversación previa con William, Fuego había actuado de manera encantadora, como si estuviera completamente cautivado por Nozel. A los ojos de William y Yami, parecía casi babeante, pero en sus pensamientos, Fuego luchaba con la verdad de sus sentimientos. Mientras su comportamiento frente a ellos era calculado, en el fondo, se estaba enamorando de Nozel, atraído por la belleza y la fortaleza de su omega.

Cuando llegó a la oficina, encontró a su Omega sentado en su escritorio, aparentemente despreocupado. Nozel no podía contener la furia en su voz

-Fuego, necesitamos hablar ahora mismo -dijo Nozel, con un tono de voz que no admitía objeciones.

Fuego levantó la vista, sorprendido por la intensidad en la voz de Nozel. Las feromonas de desesperación de Nozel se mezclaban con el aire, aumentando la tensión entre ambos.

-¿Qué sucede? Pareces molesto -dijo Fuego, tratando de mantener la calma mientras su alfa interior se debatía entre la preocupación y la culpa.

-Acabo de escuchar una conversación entre tú y Yami. Me dijiste que me veías como un juguete. ¿Cómo puedes ser tan cruel? -preguntó Nozel, su voz temblando mientras el peso de la traición se hacía evidente.

Fuego se quedó en silencio por un momento, su expresión cambiando de sorpresa a preocupación. Había seguido a Nozel por los pasillos después de la conversación, queriendo corregir su error y expresar su verdadero sentimiento, pero no llegó a tiempo.

-Nozel, lo que escuchaste no es lo que piensas. Mi relación contigo... ha sido complicada. Me he dado cuenta de que mis sentimientos eran más profundos de lo que esperaba -explicó Fuego, levantándose de su silla, su alfa mostrando un inusual grado de vulnerabilidad.

-No puedo confiar en ti después de lo que he oído. ¿Cómo puedo creer que no me has estado manipulando todo este tiempo? -replicó Nozel, con la voz rota por la traición y el dolor.

Nozel sintió un dolor profundo al ver la angustia en el rostro de Fuego. Sin embargo, la herida era demasiado grande para sanar con palabras.

-No sé si puedo hacer eso. Necesito tiempo para procesar todo esto -dijo Nozel, con lágrimas en los ojos.

Con el corazón destrozado y la mente agitada, Nozel dejó la oficina de Fuego. Decidió que lo mejor era irse a Inglaterra y alejarse de toda esta confusión. Sabía que tenía que tomar una decisión crucial sobre su futuro. La noticia de que Nozel se había ido a Inglaterra llegado a oídos de Fuego, intensificando su angustia y la sensación de pérdida. Con cada minuto que pasaba, Fuego se hundía más en la desesperación, anhelando desesperadamente una oportunidad para enmendar su error.