Somos capaces de resurgir de nuestras cenizas, aún cuando no estamos en nuestro tiempo correcto.
Un nuevo mundo es lo que se avecinaba para Rhaenyra, un nuevo mundo que podría cambiar o para bien o para mal su corazón y razón.
• Rhaenyra Targaryen...
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Temprano a la mañana, Rhaenyra despertó gracias a los golpeteos de los pajaritos en su ventana. Su mirada se enfocó en las vendas perfectamente acomodadas de sus muñecas. Alicent le había dicho que el lunes por la mañana irían con un doctor para que le retiraran los puntos sobrantes. Por lo que entendía, él se encarga en el cuidado de la salud de las personas, como los maestres.
Pero ese día, se dirigían al cementerio. El lugar no fue explicado por Alicent pero por la mirada que recibió, tal vez se trataba de un lugar que le generaba nostalgia y un poco de tristeza. Sacudió su cabeza, apartando los pensamientos de hace un momento.
Más tarde entendería lo que era un cementerio. Ahora se enfocaría en buscar alguna ropa adecuada para llevar ese día. Abrió el armario y se encontró algunas blusas y pantalones desordenados. Movió algunas prendas y al fondo del gran armario, se encontró un vestido gris. Sus ojos se iluminaron. No era como los que utilizaba en Dragonstone pero era un vestido, y eso la bastaba para ponérselo ese día.
Buscó ropa interior limpia y se encaminó hasta su baño para tomar una ducha rápida. Después de todo, ese día sería muy pesado para ella después de ir al cementerio.
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Rhaenyra había terminado de trenzar su cabello y suspiró, recordando cuando Elinda la peinaba con esas hermosas trenzas. Ahora, ella ya no se encontraba allá pero deseaba volver a verla aunque sea en ese mundo. Le gustaba imaginar que sus mas fieles sirvientes tuvieron una vida mejor y que son felices.
Dejó el peine en su escritorio y se miró al espejo, su reflejo hoy era saludable, ya no tenía los ojos llorosos y ojerosos, sus mejillas estaban levemente sonrojadas y había aumentado un poco de peso pero, aún se mantenía delgada. Trató de sonreír y mentalizarse, bajaría ese día para acompañar en el desayuno de la familia y le estaba costando.
"Tranquila Rhaenyra, esto no será peor de lo que piensas, tranquilízate" se alentaba a salir, sus piernas levemente temblaron y su mano agarró la manija de la puerta, lo giró y se dió paso al pasillo de la segunda planta, pero la puerta de enfrente también se abrió y su vista fue obstaculizada por el chico que dormia en aquella habitación.
