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Exequiel sintió un nudo en el estómago mientras las palabras de Luca resonaban en su mente, un eco de su mayor miedo. La habitación se volvió un espacio pequeño, lleno de tensión y preguntas no formuladas.

Intentó apartar su brazo, pero la mano de el se mantuvo firme, como si estuviera buscando respuestas en la piel de su novio.

- Zeballos, ¿qué está pasando? - preguntó Luca, su voz suave pero cargada de preocupación.

Zeballos tragó saliva, sintiendo cómo la ansiedad lo invadía nuevamente. No había forma de evadir la situación.

- Es... es solo una estupidez, Lu, n-no le tomes importancia- dijo, intentando restarle importancia, pero su tono no sonaba convincente ni para él mismo.

Luca lo miró fijamente, sus ojos expresando una mezcla de confusión y lástima que hacía que Exequiel se sintiera aún más culpable.

- No, no es solo una estupidez, esto... esto no es normal, Exequiel- La voz de Luca se tornó más seria, y el tono de broma que solía tener se desvaneció.- ¿Por qué no me dijiste nada?

- Porque no quería preocuparte - respondió Exequiel, sintiéndose impotente. - Pensé que podría manejarlo solo

- Pero no tenes que manejarlo solo, amor, ¿por qué pensaste eso?- Luca se acercó más, buscando el contacto visual que lo conectaba con su novio.- Solo quiero entender

El sintió que su corazón se desbordaba de emociones. La calidez de las palabras de Luca lo envolvía, pero también lo empujaba a abrirse, a ser vulnerable. De repente, sus ojos no soportaron más, y comenzo a llorar a mares.

- Eu, veni- dijo Luca, levantado a Zeballos.

En rapidos movimientos, Langoni llevó a la cama a su novio, dejandolo con la espalda contra el respaldar y el enfrente suyo para poder mirarlo mejor.

- Perdón- murmuró Exequiel.- Es... es algo que vengo sufriendo desde hace tiempo, a veces, cuando me siento muy mal, me lastimo sin querer, como una forma de liberar la tensión- admitió, sintiendo cómo la sinceridad se deslizaba por sus labios.

Luca se quedó en silencio por un momento, procesando la información. El dolor en los ojos de su novio era evidente, y eso le rompía el corazón.

- Exequiel, esto no está bien, no deberías hacerte mal- la preocupación en la voz de Luca era palpable.- ¿Por qué no me dijiste antes?

- N-no quería que te sintieras mal por mí, o nose, no quería que pensaras que era débil... - respondió Exequiel, sintiendo que la culpa se apoderaba de él.

- ¿Débil?- Luca negó con la cabeza, su rostro mostrando firmeza y amor a la vez.- No hay nada de débil en pedir ayuda, amor, todos tenemos momentos difíciles, y lo peor que podes hacer es cargarlo solo

Exe sintió que las lágrimas amenazaban otra ves con derramarse, y se obligó a mantener la compostura.

- No sé cómo manejarlo, Lu, no sé cómo dejar de hacerlo- confesó, su voz temblando.

Luca se acercó, envolviendo a Exequiel en un abrazo fuerte y protector.

- Yo te voy a ayudar, Exequiel- murmuró, procurando no asustar a Zeballos.

- Te amo... y-yy, perdón, yo no quería arruinar nuestras vacaciones con esto

- No las arruinaste, mi vida, creeme que no arruinaste nada

- S-sí, ahora no vamos a poder disfrutarlas..

- Que no, yo prefiero que me confieses esto y yo poder ayudarte ahora a que pase a peor

Cicatrices Donde viven las historias. Descúbrelo ahora