Esa noche, Exequiel logró dormir más tranquilo de lo que había dormido en semanas. El peso que llevaba en su corazón se había aligerado, aunque sabía que aún quedaba mucho por trabajar. Luca, por su parte, permaneció despierto un rato más, observando a su novio mientras dormía, su rostro relajado finalmente sin la sombra de la preocupación que lo había acompañado últimamente.[...]
Al día siguiente, Luca despertó antes que Exequiel. Se levantó con cuidado para no despertarlo y fue al buffet de su alojamiento para agarrar la comida del desayuno y agua caliente para los mates. Mientras servía el agua, sus pensamientos dieron un rápido giro y volvieron a la conversación de la noche anterior.
No podía dejar de pensar en las palabras de Exequiel, en cómo alguien que amaba tanto podía tener una percepción tan distorsionada de sí mismo.
Luca volvió a la habitación con el desayuno y los mates, tratando de no hacer ruido. Exequiel seguía durmiendo, su rostro finalmente relajado después de la intensa noche anterior.
Luca se quedó mirándolo un momento, sintiendo un nudo en la garganta al recordar todo lo que habían hablado. Era difícil aceptar que Exequiel, tan fuerte y talentoso en la cancha, pudiera sentirse tan vulnerable y roto por dentro.
El sonido suave del termo al dejarla sobre la mesa despertó a Exequiel.
Abrió los ojos despacio, parpadeando para acostumbrarse a la luz. Cuando vio a Luca ya vestido y con todo preparado, esbozó una sonrisa somnolienta.
- Bueno' día'- murmuró, estirándose en la cama.
- Buen día, dormilón- respondió Luca con una sonrisa tierna.-Te traje el desayuno a la cama, ¿te levantas o querés que te lo llevo a la boca como nene?
- No es mala esa eh- dijo Exequiel, frotándose los ojos mientras se sentaba en la cama.- Sos un amor, me siento un poco culpable, igual
-¿Por qué?- preguntó Luca, entregándole el mate.
- Por todo lo de anoche, te descargué un montón de cosas encima, y mirá, vos me seguís cuidando como si nada- admitió, bajando la mirada hacia el mate que sostenía.
Luca se acercó a la cama y se sentó a su lado, apoyando una mano en la rodilla de Exequiel.
- No te sientas culpable, Exe, yo quiero estar para vos, en lo bueno y en lo malo, y si vos me necesitás, voy a estar acá, siempre- le acarició la pierna con suavidad.- Aparte, estamos en vacaciones, y quiero que las disfrutes sin esa carga que venías arrastrando
Exequiel suspiró, tomando un sorbo de mate antes de devolverlo.
- Todavía no entiendo cómo podés ser tan bueno conmigo- zus ojos mostraban una mezcla de gratitud y dolor.
Luca le sonrió, sin perder la calidez en la mirada.
- Yo tampoco entiendo cómo podés pensar que no merecés esto, Exe, sos lo mejor que me pasó, y no hay nada que me haga más feliz que verte bien
El silencio se instaló entre los dos por un momento, lleno de emociones no expresadas. Finalmente, Exequiel rompió el silencio.
- No sé si voy a poder dejar de sentirme así de un día para el otro- confesó, con la voz apenas audible.
- No espero que lo hagas, amor, pero aunque tardes, estoy con vos en cada paso, lo importante es que no estás solo, y no tenés que seguir guardándote todo
Exequiel asintió, sintiendo el peso de las palabras de Luca.
Su mirada se suavizó mientras observaba a su novio, quien parecía tener una paciencia infinita.
ESTÁS LEYENDO
Cicatrices
Teen Fictionexequiel se corta. cuando luca se entera, le hace saber que esta ahí para ayudarlo.