Capitulo 5: China

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Estás de coña — Su tono de voz era más de afirmación que de pregunta, pero cuando negué con la cabeza aburrido le vi chasquear la lengua y levantarse de su asiento.

Para poneros a todos al día, hoy estamos a martes 9 de abril; 3 días después de que la locura se desatase en mi familia y decidiesen creerse esa pantomima de que Carlos y yo estamos juntos. Es por eso que he acabado aquí en mi día libre.

Ayer estuvimos viendo la carrera del domingo y analizando mejor nuestras decisiones en nuestra carrera, por lo que no tuve tiempo de decirle a Carlos lo que había ocurrido; mucho menos tuve tiempo el domingo que fue día de carrera.
Así que si, ayer tuve que ir a la sede en Inglaterra para un par de reuniones y 23h más tarde estoy aquí, en Maranello.

Generalmente, mi día libre - el cual tengo muy poco ya que tengo reuniones o trabajos con respecto a mi imagen pública - son los martes y algunos miércoles cuando hay 15 días en medio de cada gran premio. Aprovecho estos días para salir con mis amigos, hacer la compra o simplemente dormir; y generalmente lo suelo pasar en Mónaco, donde vivo ahora mismo.
Sin embargo, ahora mismo me encuentro a unos 492km de mi casa. Extraño, ¿no?

Entonces se empezó a descojonar y no pude evitar enarcar una ceja. ¿Qué está haciendo ahora?
Cogí uno de los cojines y se lo tiré a la cara.

No hace gracia, cabrón — Estoy mejorando en español, yo lo sé, él lo sabe, todos lo sabemos.

Lo siento, es solo que... – Otra risa y tuve que frenar el impulso de meterle otro cojinazo en la cara — Es surrealista.

— No jodas, Sherlock — Me crucé de brazos y le vi rodar los ojos de reojo y desaparecer del salón.

Por si os preguntáis como mierda he conseguido averiguar la ubicación de Carlos, no lo he hecho. Simplemente cuando me he bajado del avión le ha pedido que por favor me viniese a recoger y que necesitaba su ayuda.
No mentiré, pensaba que me iba a decir que
no - sobre todo cuando me dijo «estás como una putísima cabra» y me colgó - pero a los 15 minutos estaba en la puerta del aeropuerto con su Ferrari rojo esperándome.

Entonces llamaron a la puerta y me tomé la absoluta libertad de abrir.
He estado en su casa un par de veces - en la de inglaterra obviamente he estado muchas más - así que me da bastante igual si Carlos piensa que estoy siendo maleducado, sobre todo porque él y yo antes estábamos más en la casa ajena que en la nuestra propia.

Gracias — Cogí las bolsas del McDonald's y cerré la puerta. Habíamos estado discutiendo que cojones comer porque teníamos una dieta que debíamos seguir, pero esta opción era la más sencilla y la más rápida sin lugar a dudas, así que me apresuré a entrar una vez más en el salón donde estaba Carlos otra vez sentado.

Me senté a su lado en el sofá delante de la gran televisión y puse la comida encima de la mesa baja que tenía. Le di su hamburguesa y su coca-cola y yo cogí la mía mientras me comía una patata.

Esto es lo mejor — Dije saboreando la comida y Carlos rió a mi lado.

El Burguer King es mejor — Lo fulminé con la mirada. Vaya redflag.

Nos quedamos comiendo mientras veíamos las noticias en italiano y yo no me enteraba de una mierda. Definitivamente los idiomas no son lo mío.
Aunque bueno, tal vez si estuviesen en español podría entender algo.

— ¿Y qué vas a hacer? — Le miré mientras le daba un bocado colosal a mi hamburguesa de carne. Enarqué una ceja mientras masticaba.

¿A qué te refieres? — Sé que hablar con la boca llena es de mala educación, pero literalmente estoy en frente del hombre que me ha visto borracho, llorando, haciendo el inútil, recién levantado y en mi época mala. Obviamente que me la suda.

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