Capitulo 2: Arabia Saudí

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No sabría deciros si mi ego estaba intacto, pero definitivamente la fe en mi equipo estaba tan depositada que me hacía casi imposible soñar con la victoria este año.
Tal vez no habíamos tenido el mejor inicio de mundial. No cuando Red Bull había vuelto a ganar y con nada más y nada menos que un duplete de ambos pilotos. No cuando parecía que la dictadura de Max Verstappen no tenía fin.
Sin embargo, había algo distinto este año. Una promesa de mejora de nuestro equipo, por no hablar del alto rendimiento que Oscar y yo estábamos ofreciendo.

Las grandes potencias estaban selladas: Red Bull y Ferrari. Pero con la reciente caída de Mercedes, había una vacante libre para ver quién sería el piloto y el equipo que derrocarían a Max Verstappen de su amado podio. Ferrari siempre había estado ahí, pero con cada vuelta era visible de que tal vez - y solo tal vez - la esperanza iba a ser mucho más importante esta temporada.
Y si, un sexto puesto me sabía a insuficiencia y mi deseo por subir al podio empezaba a crecer tanto en mis entrañas que prácticamente borre la carrera de mi mente para centrarme en la siguiente: Arabia Saudí.

Lo admito, soy un poco competitivo. Y sé mejor que nadie que nosotros, McLaren, podemos quitarle el puesto a Mercedes como potencia automovilística y ocupar el puesto de enemigos directos de Max Verstappen y Checo Pérez. Tal vez no iba a ser un camino fácil, pero todavía quedaba toda la temporada por delante y no estoy dispuesto a perder una vez más mi opción de victoria. No cuando llevaba tanto tiempo corriendo y seguía sin conseguirlo.

Lando Nowins. Era así como me llamaban los fans. Eso me frustraba de vez en cuando, pero era solo una motivación más para alcanzar el primer puesto del podio de una vez por todas. No sé si será aquí, pero definitivamente tiene que ser esta temporada antes de que sigan las críticas.

Rozando las estrellas con las yemas de mis dedos pero sin llegarlas a tocar.

Arabia Saudí, al igual que Bahrain, era un circuito nocturno. No soy muy fan de este tipo de circuitos pero definitivamente habían pilotos que si.
Max Verstappen no. Para él todos los circuitos eran buenos. Por poco tiempo, claro.

Cuando el equipo y yo llegamos al circuito ese mismo lunes después de la otra carrera, estaba tan físicamente agotado que dormí durante ese dia entero. Recibí alguna que otra reprimenda, pero nada fuera de lo normal. Al fin y al cabo, después de tantos años todos estaban acostumbrados a mi forma de ser igual que yo a la de ellos.

Por eso, casi sin quererlo nos fuimos acercando poco a poco al viernes de entrenamientos.
El jueves solía ser uno de mis días favoritos, sin contar los domingos que nos dejaban la noche libre para salir de fiesta. Era el día antes del gran premio, donde podíamos ser nosotros mismos entre los pilotos.
Algunas veces habían estrategias que repasar para el día de mañana. Recorridos al circuito exprés e incluso algún que otro quehacer más. Sin embargo, muchas otras veces podíamos juntarnos en una misma habitación y no jalarnos de los pelos.

En pista podíamos ser algo agresivos, pero fuera de ella la gran mayoría no dejábamos de ser jóvenes tontos e inexpertos con ganas de comernos el mundo.
Es por ello que quedar para jugar a la play en la habitación de Max era bastante casual. Al fin y al cabo nos llevamos desde hace años y siempre han habido este tipo de momentos.

Habían distintos grupos en la parrilla. Obviamente todos nos llevábamos con todos, pero habían círculos un poco más cerrados.
Era bien sabido que Charles y Max compartían una muy buena amistad por sus tantos años juntos. Tal vez en cámara no se hubiese notificado demasiado, pero en la realidad esos dos eran un duo de lo más extraño.
Otra parejas icónicas eran Pierre y Yuki, Oscar y Logan, Checo y Fernando también solían llevarse bien en algunas ocasiones, aunque era muy difícil llevarse mal con esos dos.
Habían otros pilotos que pasaban algo más desapercibidos, como Hamilton u Ocon. No tengo entendido el porqué pero es muy raro verlos relacionarse demasiado con el grupo de una forma abierta.
Por otra parte, había gente como Alex, George o Daniel que eran simplemente los mejores. Ellos podían juntarse con cualquier persona como si se llevasen con ella desde siempre. No les daba pena nada y solían ser bastante graciosos, a menos que se comiesen las protecciones en el circuito, claro.

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