Capitulo 6: Miami

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Luces de colores. Eso es lo que veía actualmente.

Obviamente habían personas, habían paredes, suelo, mis manos... mi cuerpo en general. Pero sin embargo - tal vez por la cantidad exagerada de alcohol que había ingerido - lo único que atrapaban mis ojos eran las luces neon.

No recuerdo si quiera en donde estoy. ¿Inglaterra? ¿Mónaco? ¿Estoy ya en Estados Unidos? ¿Amsterdam? Dios, ¿en qué momento he acabado tan borracho?

Intenté comportarme, intenté hacer que mi mente se serenase y que mi cuerpo se estuviese quieto, pero al parecer lo único que podia hacer era moverme al ritmo de la música y aunque debería estar un poco preocupado, no era así.
Me sentía bastante ligero. Bastante suelto y la música se sentía tan tan bien que podría pasarme bailando el resto de mis días. Estoy drogado; lo sé porque al pestañear mis ojos se ruedan hacia atrás en busca de desmayarme, pero una vez más vuelvo a abrir los ojos tortuosamente mientras me restriego con personas desconocidas para mi y que nunca llegaré a recordar.

Cuando empecé a estar en el punto de mira antes de llegar a la máxima categoría, solía sentirme bastante seguro en medio de la multitud. Decenas de caras desconocidas para los cuales - la mayoría - nunca llegaría a significar nada. Permitirme bailar, emborracharme, hacer el ridículo y decir lo que me diese la gana porque sabía que nadie recordaría nada al día siguiente me daba una confianza sobrehumana que me impulsaba a hacer cosas. Cosas que en estado de sobriedad también haría, pero que Laura me impide hacer.

Supongo que es por eso que pensé que sería buena idea salir a fuera donde estaban algunos menores, gente muy borracha vomitando en las esquinas y gente chunga a la que no dejaban entrar en la discoteca. El aire húmedo de Amsterdam me golpeó de golpe y pude encontrarme a mi mismo dentro de esa inconsciencia.
Una vez más, autosalvándome de cometer una estupidez. Bien hecho. Pensé. No pude evitar sentirme un poco estúpido al pensar así yo solo.

Ostia, pensando en frío, ¿donde cojones estaban mis amigos? ¿En qué momento de la noche los he perdido? Estoy fatal.
Llame a Max esperando a que este cogiese el teléfono mientras me apoyaba en la pared de ladrillo que estaba al inicio de un callejón al lado de la discoteca. El timbre sonó una vez, dos veces, tres... y más tarde el contestador.
Desistí totalmente y me decidí por entrar una vez más para intentar encontrarlos. Ahora estaba un poco más consciente de mis actos aunque seguía viendo algo... nublado; vamos a dejarlo ahí.

Fui a entrar una vez más, pero luego escuché voces y gritos en el callejón donde estaba. Eran unos metros más adelante, pero hablaban un idioma que no conocía y solo podía reconocer la masculinidad de las dos voces.
No sé si fue el alcohol, mi aburrimiento o mi curiosidad por saber qué cojones ocurría y por qué estaban dando esas voces, pero me acerqué.

No voy a mentir, me costó enfocar la vista y darme cuenta de quienes eran y de que se trataba todo esto.
No los conocía. Ambos tenían el pelo rubio pero uno de ellos iba en camisa muy desabrochada y otro en sudadera negra. El primero de ellos se veía muy muy muy borracho, aunque sería un poco hipócrita si me meto con él. El segundo tenía una botella en la mano y parecía cabreado con el primero.

Oye, ¿qué está pasando? — El borracho me miró. Luego el de la sudadera negra se giró al estar de espaldas para mirarme y ambos me miraron con confusión. ¿Acaso tenía algo en la cara?

Dijeron algo que no comprendí exactamente y luego caí.

No saben inglés.

No peleas. No pe-le-as — Dije haciendo así como si le estuviese pegando puñetazos al aire y luego una equis con mis brazos. Los dos se miraron y luego el borracho se empezó a reír. Luego vi como el de la sudadera negra bebía de la botella acabándose el contenido y me acerqué para intentar ayudar.

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⏰ Última actualización: Oct 29 ⏰

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