Capitulo 11

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"Tu eres el cazador, el guerrero. Tu eres el más fuerte de todos aquí, y esa es tu tragedia"

~Anne Rice

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Octubre 13 del 2018

Nueva York

Blake

—Es hermoso.

Levanto los ojos de la pantalla de mi teléfono, para posarlos en los de Sheryl que, al igual que yo, queda prendada con la imagen de Ivar que brilla desde mi chat con la señora Bertha. Es una noche de trabajo fuera de Washington y siempre nos mantiene al tanto de cada movimiento de nuestro hijo y en este momento, parece que por fin cayó rendido después de un día entero de travesuras.

Ahora es un lindo angel que dormita en su cuna.

Bertha ha sido la única mujer a la que podría... Intentar confiarle a mi hijo mientras Khloe y yo no estamos. No ha hecho nada sospechoso desde que la contratamos y que tenga un buen historial ayudó a que la hayamos escogido como su cuidadora. Aunque... Nos tomamos la molestia de investigar más allá de su currículum e inspeccionamos su vida más a fondo. Somos demasiados sobreprotectores como para no hacerle un seguimiento arduo antes de haber aceptado en dejarla entrar a nuestras vidas.

Si la niñera de mi hijo supiera que sabemos todo de ella. Cada detalle minúsculo, incluyendo la forma en que arregla los cubiertos de su casa y que además tenemos un rastreador en su teléfono, que nos dice a dónde y con quién está, creo le daría un infarto y nos llamaría locos antes de renunciar. Pero no me cabe la menor duda de que esto último lo piensa ya de mi mujer.

Que envíe fotos y mensajes de cada movimiento es un gesto de que hace bien su trabajo, ajena a que la espiamos para asegurarnos de que sigue siendo confiable.

—Lo es—sonrio de medio lado consiente de los rasgos familiares de Ivar.

—Se parece a ti. Tiene esa cosa de fruncir el ceño igual que tu—suelta una pequeña risa y esta desaparece rápidamente cuando lo observa con incertidumbre —. Pero también se parece a ella.

Una pesadez se asienta en mi estómago por la forma en que lo dice y no me gusta nada. No me gusta ese tono preocupado cargado de inquietud.

No es la primera vez que alguien menciona el parecido que Ivar y Khloe tienen. Y a diferencia de mi, que lo ve con orgullo y amor, los demás lo hacen ver como si fuera un tablero de la ouija prendido en fuego negro.

Inquietante y extraño.

—Bueno, ella fue la que lo cargó durante nueve meses —arrastro las palabras—. Algún rasgo debería haber heredado.

—De alguien que intentó matar a Penélope hace unas semanas —frunce el ceño mirandome desde el asiento conductor —. ¿Cómo un niño puede vivir con una persona así?

—Es su madre—digo con dureza.

—Con más razones—espeta antes de aflojarse con un suspiro—. Es un poco turbio que con la misma mano se usó para casi clavarle un cuchillo en la garganta a alguien, también puede hacerle mimos a un bebé.

Un flashback parpadea en mi cabeza. De ella. Con las piernas abiertas y mis bolas chocando contra su culo mientras se lo clavaba duro.

En todas las posiciones.

Sobre mi jodido escritorio.

Minutos después de haberla visto amenazar a una de nuestras auxiliares con un cuchillo, que logró meter en sus pantalones quien sabe cuándo, con una mirada maniaca y un hilo de sangre corriendo por su mandíbula. No me había dado cuenta de lo duro que estaba hasta que la arrastré fuera del cuadrilátero. Fue un milagro de que haya aguantado hasta haber llegado a mi oficina o la hubiera follado allí mismo.

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⏰ Última actualización: Jul 24 ⏰

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