Capítulo 1. Hechizo
—¡No! No, no —exclamó repetidamente leyendo el papel en sus manos—. Es imposible que me esté pasando a mí.
Max se volvió a enfocar en sus notificaciones de Instagram y no en los quejidos de su mejor amigo que leía aquel sobre que en el banco le habían dado horas antes, y del cual se dignó abrir después de que en el restaurante le hubieran dicho que su tarjeta fue rechazada por falta de fondos.
Se preguntaba cómo era posible que fueran amigos, porque la actitud de Carlos Sainz Vazquez De Castro no era nada fácil, mucho menos, al ser hijo único de una familia muy adinerada.
Tantas veces se cuestionó que haría ese idiota si Max hubiera elegido volver a Países Bajos, porque debía aceptarlo, a pesar de ser una persona excesivamente energética, Carlos también era demasiado ingenuo.
Cualquier persona lo engañaba con facilidad, como el señor de los helados en un parque, el sujeto le inventó al madrileño una historia digna de telenovela para que el muy tonto le comprara todo el helado que vendía y si no hubiera sido por el neerlandés, sin duda Carlos hubiera gastado todo el dinero en efectivo que tenía, y que no era poco, en aquel enorme carrito de helado.
Lo aceptaba, Carlos era medio... No. Era un total tonto al momento de gastar dinero. Siempre elegía comprar lo más caro y no buscar economizar, aunque no lo necesitara, en los productos o servicios, según palabras del castaño
"La calidad va en el precio más caro."
Cuando en realidad, Carlos no se mosqueaba en saber si lo que adquiría realmente tenía buena calidad o no.
Todavía Max recuerda que Sainz se burló de él cuando le dijo que los muebles de su departamento los había adquirido en una barata. Su risa no paró por mucho tiempo, y en consecuencia terminó con un fuerte dolor de estómago. Carlos se burló de él enfrente del chico mexicano de idiomas por el cual Max babeaba. El pobre chico solo sonrió sintiendo vergüenza por la situación, y se alejó sin que Max pudiera pedirle su número o una cita.
Pero, regresando al presente.
Max podría burlarse de su amigo en venganza de lo que le hizo en todos los tres años que llevaban de amistad. Incluso, podía restregarle en la cara los pocos billetes que guardaba su billetera ante el recién Carlos Sainz HerederoReciénDejadoEnLaQuiebra Vazquéz de Castro.
Oh~ sí, el karma debió haber llegado a su amigo mucho tiempo atrás, pero Max no iba a reclamarle al destino eso. Todo lo contrario, lo agradecía ahora que tenía más tiempo de verlo y no antes cuando se la pasaba trabajando y estudiando sin descanso. Desgraciadamente las vacaciones estaban pronto a terminar y debían volver a la universidad para comenzar con su último año universitario.
—¡No! —volvió a gritar Carlos en medio de su berrinche, asustando a Max que de inmediato bloqueó el teléfono—. Mis padres ni siquiera me quieren contestar.
—Tal vez... —comenzó Max fingiendo pensar—, se deba a que les has estado atosigando en cuanto salimos del restaurante ¡Desde hace tres horas!
Max llevó sus manos a la sien para masajearla. En verdad estaba estresado por la situación y Carlos parecía no cooperar dándole paz, siquiera por que estaba en su departamento o quizás sí, pues lo vio caminar hasta el sillón (el mismo del cual se había burlado por días), hacer ese puchero que formaba antes de llorar de frustración.
"Oh, por favor." Pensó el neerlandés también frustrado y al borde de cometer homicidio. "Solo cinco minutos, dame paz cinco malditos minutos"
—Soy pobre —soltó Carlos en medio de su desesperación—. No tengo ni un euro.
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Yo crezco, tú creces ‐ [Charlos]
FanfictionEstoy creciendo, mientras estás creciendo. Donde Carlos deberá aprender a ser independiente y Charles le ayuda en el proceso. Un romance soft que aprende de cada uno con el pasar de los días.