Yo crezco, tú creces ‐ [Charlos]

Capítulo 7

Capítulo 7. Fiesta de bienvenida pt II

Charles sintió respirar de nuevo con la presencia oportuna de Carlos antes de que el sujeto lo besara, solo que su mente le estaba haciendo una mala jugada, experimentó volver a vivir lo sucedido en su fiesta de graduación al punto de estar temblando como gelatina en movimiento.

—¿Quién te crees que eres? —cuestionó el desconocido totalmente molesto y anexó una palabra con intención de ofender—. Mesero.

Carlos sonrió por la forma en que el Zorro se expresó de él. La mera acción le indicaba que el sujeto pertenecía a los nuevos universitarios, uno muy estúpido para enfrentarlo.

Por si fuera poco, las manos de Charles apretaron con mayor fuera su ropa, así que el madrileño entendió que Charles no quería que hiciera algo que llamara la atención, cosa ilógica, porque era más que obvio ser el centro de atención de todos los presentes en el lugar, incluso la música era nula y se formó un circulo alrededor de ellos para saber en qué terminaría el asunto.

—Niño —llamó Carlos aun sonriendo con sorna—, si yo quisiera podría sacarte de esta fiesta sin tocarte.

"No, por favor, no lo hagas." Pensó el de ojos verdes apretando más la ropa entre sus dedos.

—Calos —llamó tan nervioso como para pronunciar su nombre correcto—, todos nos miran.

"Prácticamente se lo prometiste, Carlos. No debemos exponer a Charles."

Estando de acuerdo su mente y razón, Carlos dio la vuelta para tomar la mano del doncel y alejarlo de ahí. No pudo siquiera imaginar que el Zorro se interpusiera en su camino.

—No tienes por qué meterte, mesero —externó tosco—. Este asunto entre Tiana y yo.

Carlos exhaló el aire de sus pulmones de una manera en la que dio a entender que la situación lo comenzaba a hartar.

Mientras tanto, Lando era el único que parecía no entender la situación que se estaba generando en la mesa que escogió para él y Charles. Enorme fue su sorpresa cuando sus ojos captaron al pelirrojo que tantos días trató de encontrar, y que ahora se mantenía cubriendo a Charles siendo una especie de escudo y el de ojos verdes miraba el suelo sin soltar la ropa del mayor.

—¿Qué está sucediendo? —preguntó a la persona más cercana que tenía.

—Alguien quiere ganar su reputación de la persona más idiota en la universidad —respondió alguien—. Hola, Lando.

El de rizos giró encontrándose con Oscar disfrazado de Minion, sonrió levemente y volvió su atención al par en medio del círculo.

—¿Qué hace mi amigo ahí?

—¿El chico disfrazado de Tiana?

—Sí.

—Al parecer el Zorro no lo dejaba en paz, eso no le agradó al príncipe y bueno... ahora estamos así.

 Le causó ruido el hecho de que Oscar se refiriera al madrileño como príncipe cuando era claro que su disfraz consistía en ser mesero. Prestando mayor atención, Lando sintió que aquel uniforme era un tanto familiar.

—Es como el uniforme que tengo —murmuró para sí todavía observándolo— ¿De dónde lo sacó?

—¿Qué dices?

—No —respondió rápido—. No es nada.

La conversación se quedó interrumpida al ver que otra persona se metió y no era el rubio con el que usualmente Carlos pasaba el día, sino un chico alto que Lando podía apostar ser de la facultad de medicina.