Séptima Sesión - Capítulo Nueve

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Sentí algo revolverse dentro mío, una sensación de peligro pero de deseo a la vez. Sé más que nadie que uno siempre tiende a querer lo que no puede o no se le permite hacer, y en este caso aplicaba más que nunca. En mi cabeza tenía de un lado a todos los psicólogos que he conocido tirándome piedras y gritándome insultos. Pero en el otro lado, con un micrófono y decenas de altavoces, había una necesidad de concretar, de deshacerme de la tentación y aceptarla.

Después de todo... Charly ya no era más mi paciente.

Partí mis labios para abstenerme, falsamente, ya que tenía tantas ganas como él.

Con aquel movimiento, sin darme cuenta, le di el pase absoluto y perfecto. Me tomó de la cintura y me besó, determinado, pero sin ser bruto, sin dejar que su lengua me invada de manera grotesca. Mi cuerpo se tensó al sentir sus labios sobre los míos, que ya se encontraban lubricados por el agua que había tomado. Cada punto de contacto enviaba mi sistema nervioso al límite, no porque nunca me hayan dado un beso antes, pero por la sensación de riesgo, de que estaba mal. Y, si soy honesta, me encantó. Mis manos no tardaron en trepar hasta su rostro, moldeando mis manos suavemente en su mandíbula. Era embriagante.

Nuestros labios tenían un vaivén gentil, y ya había tenido suficiente de eso.

Mis dedos se enredaron en el pelo de Charly, que era suave y esponjoso, dejando mover mis articulaciones con facilidad. El hombre entendió la señal, y su lengua dio paso, ahora sin tener miedo de invadirme. Con la profundidad del beso, nuestras respiraciones se agitaban, sus manos ahora masajeando mi cintura. Había fantaseado vagamente con darle un beso alguna que otra vez, tener aquellas manos tan talentosas, desplegándose, tomando mi cuerpo. La intensidad hacía que me empujara, dando un par de pasos juntos hasta que termine con mi espalda contra la pared. El impacto no fue muy duro, y fue una pequeña sorpresa para ambos.

"Cuidado," Dije, separándome y riendo brevemente.

"Perdón," Respondió con una sonrisa, me causo ternura.

Atrapó mis labios nuevamente, pero con otra intención, con voracidad, mordiendo mi labio inferior levemente. Sus manos se movieron a mis caderas, haciendo que la camisa que llevaba puesta se levantara un poco. Al sentir los dedos de Charly tocar mi abdomen bajo, cerré mi puño hundido en su cabello, tirando de él suavemente. Parece que aquel acto le gusto bastante, ya que sus manos bajaron hasta la parte trasera de mis muslos, dejando de besarme para levantarme. Me aferré a él, rodeando su cuello con mis manos mientras me movía.

"¿Qué haces?" Dije sonriendo, mientras nos acercaba al mueble más cercano.

"Lo que tengo ganas de hacer hace mucho tiempo," Su voz oscura y grave me impulsaba aún más a seguir con lo indebido.

Me apoyó en el mueble de donde había sacado agua, y unió nuestros labios. Sus manos se deslizaron en su totalidad debajo de mi camisa, haciendo que suelte un respiro fuerte. Era una sensación divina, el tacto de Charly, hasta el cosquilleo de su particular bello facial. Mientras sus manos recorrían mi cintura, uno de mis botones se desabrochó solo, haciendo un pequeño sonido. Yo sonreí mientras lo besaba, ni necesitaba sacarme la ropa, se salía sola.

"Se me desabrochó un botón," Dije, separando nuestros labios.

"Sí querés puedo terminar de desabrochar los demás," Sonrió con picardía.

Lo miré y mordí mi labio inferior.

"No sé qué esperás."

"Mirala, tan mal le parecía," Dijo y acercó sus manos a los primeros botones.

Desabrochó el primero y tomó la tela, llevándome con sus manos cerca de su rostro.

"¿Ahora no está tan mal no?" Preguntó, estando a centímetros de mis labios. "¿O acaso te gusta que esté mal?" Mientras hablaba, seguía desabrochando los botones de mi camisa, "No, no te gusta, te encanta."

Estaba En LlamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora