El Cantar Del Caballero Blanco

Capitulo 8 El significado de la fuerza

Asier alzó el brazo triunfante, jadeaba en busca de aire, por el esfuerzo. Ese último ataque requería mucha energía y no era tan viable en un campo de batalla dominado por muchos guerreros, estaba hecho para combate uno contra uno. Elizabeth en el túnel por el que había salido Asier respiró aliviada. Fue como si ella misma hubiera peleado. Esmeralda salió corriendo en dirección a su padre y se le abalanzó del cuello para darle un abrazo.
Asier también le abrazo con mucho afecto.

—¡Deberías enfrentarme a mi también! —exclamo su hija con algarabía.

—Sabes que no podría vencerte, mi vida. —respondio Asier con tierna paternidad.

—Eso no es verdad. Tú, eres el más fuerte.

—Por supuesto que no pequeña, recuerda que el significado de la fuerza. Viene de aquello que más quieras proteger. Si encuentras algo por lo que pelear te harás más y más fuerte.

—¿Tú por quien peleas? —le pregunto si hija con un brillo en los ojos.

—En primer lugar, peleó por ti. Luego por tu madre, ya que ella no quisiera verme derrumbado. Por Eli, quien ha cuidado de nosotros y por todo el pueblo del Imperio, la justicia y esperanza es algo que debe ser para todos y no sólo para unos cuantos.

—Papá es asombroso, es todo un héroe. —Esmeralda le dio un beso en la mejilla a su papá que lo hizo sonrojar.

El rey en su palco estaba molesto de manera visible, no podía disimular la frustración y el enojo que le producía la derrota de sus hombres. Pensó que cuatro de sus mejores guerreros serían más que suficientes para acabar con él. Desde un comienzo la idea era deshacerse del excapitán.

--Esto es bochornoso, nuestros mejores caballeros fueron humillados por completo.

--Aún no ha vencido a él mejor --Dijo Roger, el hijo mediano del rey.

--Eso no sería honorable. --Respondió el rey tomando un sorbo de su copa de vino.

--Quien es rey, determina que es lo honorable. Eso me lo enseño usted, señor. --Roger estaba tentando a su padre. 

El rey Fernando se acercó a la orilla del palco desde donde observaba el combate. Alzó su mano para que la gente le prestara atención. Lo cual logró muy rápido. La muchedumbre que gritaba con algarabía guardó silenció a la espera de las palabras de su señor, quien se aclaró la garganta para proyectar su voz.

--Lo que acabamos de presenciar es algo asombroso. Sin duda la leyenda del "Segador blanco" está a la altura de los hechos. Por eso y honrando el trato al que llegamos, quiero decirle al pueblo de Nord que el señor Alfons a partir de ahora, prestará sus servicios como sub-capitán de nuestro ejército. Para el norte su presencia nos honra y esperemos que ponga su sabiduría, su experiencia y su habilidad, por y para la prosperidad de nuestro reino. ¡Larga vida a Nord! ¡Larga vida a Solus!

--¡Larga vida! -respondió todo el estadio al unisonó.

--En vista de que el pueblo ha reconocido a nuestro nuevo miembro, quiero pedirle un favor. El pueblo no ha sido saciado como es debido, ellos esperaban ver un combate más largo, así que le pido a usted sub-capitán si nos horaria con la dicha de enfrentar a un hombre más.

Asier supo bien desde el primer momento a quien se refería, sabía bien que habría represalias por sus actos. El orgullo de aquel señor tenía que ser reparado en seguida. Soltó a su hija y le hizo una señal para que regresara junto a Eli a quien la angustia le había regresado de golpe. Asier alzó el brazo en señal de aceptación y todos empezaron a gritar llenos de emoción.

--Javier Di Scarti, podrías hacernos el favor de presentar a nuestro hombre --ordenó de manera sutil Fernando III.

--Será todo un honor, mi señor. --La voz de Di Scarti se llenó de una pasión incontrolable --Le pido a toda la Arena que se ponga de pie, ya que ustedes conocen al hombre que está a punto de salir. Su leyenda no desmerece frente a la de nuestro vencedor. Su nombre es conocido a lo largo y ancho del imperio. El único ser vivo que volvió de las profundas entrañas del infierno, es capaz de detener el tiempo con un golpe de su espada, el campeón de esta sagrada arena, El caballero del Frio Eterno ¡Beren Harrington!