Capítulo 6: En la Luz del Amanecer

66 4 0
                                    

Con el caso resuelto y los traficantes de arte tras las rejas, el equipo del CBI disfrutaba de un raro momento de tranquilidad. Para Jane y Lisbon, esta era una oportunidad para explorar lo que realmente sentían el uno por el otro, sin las sombras de los casos que siempre parecían interponerse.

En la oficina de Lisbon

Lisbon estaba revisando algunos informes cuando Jane entró sin llamar, como de costumbre. Traía consigo dos tazas de café y una sonrisa que iluminaba la habitación.

- Pensé que podrías necesitar esto -dijo Jane, entregándole una de las tazas.

Lisbon sonrió y aceptó el café, apreciando el gesto.

- Gracias, Patrick. Siempre sabes cómo animarme.

Jane se sentó en el borde de su escritorio, observándola con esos ojos azules llenos de cariño.

- Sabes, Teresa, hemos pasado por mucho juntos. He estado pensando en todo lo que hemos vivido y en cómo, a pesar de todo, siempre encontramos el camino de regreso el uno al otro.

Lisbon lo miró, sintiendo cómo su corazón se aceleraba. Había algo en la manera en que Jane la miraba, algo que hacía que todo lo demás desapareciera.

- Patrick, yo... -comenzó, pero Jane la interrumpió suavemente.

- Teresa, sé que he sido difícil. He tomado riesgos y he puesto nuestras vidas en peligro más veces de las que puedo contar. Pero hay algo que quiero que sepas, algo que he querido decirte desde hace mucho tiempo.

Lisbon sintió un nudo en la garganta, sabiendo lo que estaba por venir pero necesitando escucharlo de sus labios.

- Te amo, Teresa. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar. Y quiero estar contigo, no solo como compañeros de trabajo, sino en todo -dijo Jane, su voz llena de emoción sincera.

Lisbon sintió las lágrimas formarse en sus ojos, pero eran lágrimas de felicidad. Se levantó y tomó la mano de Jane, entrelazando sus dedos con los suyos.

- Patrick, también te amo. Y sé que nuestras vidas no han sido fáciles, pero no cambiaría nada de lo que hemos pasado si eso significa que puedo estar contigo. Quiero construir un futuro contigo, juntos.

Jane sonrió, esa sonrisa traviesa y encantadora que siempre había derretido el corazón de Lisbon. Se inclinó y la besó suavemente, sellando sus promesas con un gesto lleno de amor y ternura.

Esa noche, en la casa de Jane

Después de un largo día, Jane invitó a Lisbon a su casa para una cena tranquila. La mesa estaba decorada con velas, y había una botella de vino esperando. Jane había cocinado, un detalle que Lisbon encontró adorable y encantador.

- No sabía que sabías cocinar -dijo Lisbon, riendo mientras se sentaban a la mesa.

- Hay muchas cosas que no sabes de mí, Teresa. Pero espero tener mucho tiempo para mostrarte cada una de ellas -respondió Jane, sirviendo el vino.

La cena transcurrió en un ambiente relajado y romántico, lleno de risas y miradas cómplices. Se sentían más conectados que nunca, sabiendo que finalmente habían derribado las barreras que los habían mantenido separados.

Después de la cena, se acomodaron en el sofá, con Jane tocando suavemente el piano que tenía en la sala. Lisbon se recostó a su lado, disfrutando de la música y de la compañía.

- Esto es perfecto -susurró Lisbon, sintiéndose completamente en paz.

- Lo es, Teresa. Y solo es el comienzo -respondió Jane, dejando de tocar para rodearla con sus brazos.

Mientras se abrazaban, sabían que habían encontrado algo especial, algo que valía la pena proteger y cuidar. Su relación, forjada en el fuego de innumerables casos y desafíos, ahora brillaba con la luz del amor verdadero.

En el CBI, al día siguiente

La mañana siguiente, el equipo del CBI notó el cambio en Jane y Lisbon. Había una nueva energía en el aire, una chispa que no podían ignorar.

- ¿Qué está pasando con ustedes dos? -preguntó Rigsby, sonriendo al ver la cercanía entre sus jefes.

Jane y Lisbon se miraron y sonrieron, sabiendo que ya no había necesidad de esconder lo que sentían.

- Solo estamos... felices -respondió Lisbon, tomando la mano de Jane.

Van Pelt y Cho intercambiaron miradas cómplices, felices de ver a sus amigos finalmente juntos.

- Bueno, ya era hora -dijo Cho, con su típico tono seco pero con un brillo en los ojos.

Jane se rió, sintiéndose más ligero que nunca.

- Sí, ya era hora.

Mientras el equipo se preparaba para el próximo caso, sabían que, no importaba lo que el futuro les deparara, siempre estarían juntos. Jane y Lisbon, compañeros en el trabajo y en la vida, listos para enfrentar cualquier desafío con el amor y la fortaleza que habían encontrado el uno en el otro.

Eres Tu Lo Que Yo DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora