Un rumor se esparce por la escuela y Pedro Pablo es víctima de bullying por ello. Mientras se embarca en descubrir quién fue la persona que lo ha inculpado injustamente, Bosco un conocido suyo, se acerca a él para proponerle una idea que podría ayud...
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La noche anterior todo lo que Bosco recibió de Pedro Pablo fue que le clavaran un visto. Ya no se lo tomaba tan a pecho, luego de ese 'incidente' en su auto, se había dado cuenta de que esa era la clase de lenguaje que Pepa empleaba. Su aire de sarcasmo e ironía.
El padre de Bosco, Mateo, estaba abatiendolo en un duelo de volley, en el jardín de la mansión. Pero las características de su hijo no lo permitían finalizar nada antes de caer en un berrinche. Claro, esto siempre que se veía perdiendo.
- Creí que te habían ayudado a canalizar esa fuerza bruta en el esgrima. - Le dijo. - Disciplina Bosco. No puedes abandonar una partida de volley así porque sí. - Estoy cansado. -
Bosco se dio media vuelta para tomar su botella de agua y tirarse en el césped.
- Además se me hará tarde para irme a clases. - No es mi problema que hayas despertado tan tarde para nuestro trote de cada mañana, Bosco. -
Mateo se sentaría al lado de su hijo, sobre el césped recién podado. Pero Bosco rodaria en un rollito igual a un niño pequeño que continuaba sumido en una rabieta y se alistaba para marcharse cuando su padre lo detuvo.
- Sé que sigues enojado por lo del castigo. - ¿Y? - Bosco se encogió de hombros.
A lo que Mateo se acercaría para darle una firme palmada en el lomo.
- Te lo levanto, Bosco.
Bosco tuvo que reprimir una sonrisa victoriosa, pues su orgullo le impedía mostrarse así. Se limito a asentir y dar las gracias de una manera cortante, muy a su manera tosca. Como probablemente lo catalogaria Pepa. Por supuesto que había pasado de mencionar como hace tan solo unos días, ya había asaltado el garaje y desobedecido a su castigo. Pero si lo decía, seguro que se lo prolongarian mucho más. Así que era mejor dejarlo como un secreto que llevar a la tumba.
Cuando Bosco entró nuevamente en la cochera, ( ignorando que ya anteriormente se había infiltrado a raptar un Bugatti ) se sintió en casa. Era conciente de que para muchos sonaría pretencioso u materialista. Pero no iba a pararse de uno en uno a explicarles que simplemente le apasionaba. Muchos de sus compañeros sentían fascinación por la nicotina, ¿por qué el no podía sentir encanto por los autos? especialmente los deportivos.
Estaba indeciso por cuál utilizaría ese día para conducir hasta la escuela. Y si no elegía una pronto tendría que dejarlo a la suerte, lo cual no le resultaba como una opción atractiva para él. Pero antes de ello tendría que entrar en casa para ducharse y vestirse. Porque claro que no iría a la escuela en ropa deportiva. Un auto deportivo siempre, ropa deportiva nunca.
Por su lado Pedro Pablo estaba viviendo una historia completamente opuesta. Decidiendo entre como asesinaria a Andy una vez que lo tuviera enfrente, supuestamente irían juntos. Pero pasaban de las ocho y veinte y de él, ni sus luces. Lo había llamado pero terminaba en buzón, fue lo mismo varias veces. Entonces decidió dejarle un mensaje en WhatsApp: 'Me voy por mi cuenta, te veré allá'.
