LAS REGLAS

208 19 11
                                    

- Pero eso sería como mentir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Pero eso sería como mentir. - Mi pequeñita voz se notó con mayor plenitud, luego de que Bosco se hubiera estacionado.

Aparcandose fuera de la carretera, en el estacionamiento de la plaza 'Antara'. Dentro de un centro comercial.

- Sí, mentir. Como toda la gente que te ha culpado desde que Isak hizo su drama. - Dijo Bosco.
- Ya, pero no es lo mismo.

Me enderece sobre mi asiento y agité las manos en el aire. Tal cual un niño pequeño en la piscina cuando no sabe cómo nadar.

- Es que... ¿por qué?
- Ni siquiera entiendo cómo se te ocurrió. - Le dirigí una mirada invasiva.

Él me evitó. Pero luego se giró de lleno para mirarme a la cara, tenía una chispa de desafío en sus ojos.

- Eso no es lo que importa ahora. - Bosco se cruzó de brazos y pude notar una pizca de dulzura en su voz.

Pese a la posición a la defensiva que había adoptado. Ya había captado que no le gustaba las preguntas, especialmente las que terminaban en '¿Por qué?'

Me puse cabizbajo pero no duré tanto, hasta que regrese a mi postura original. Como un cachorrito que espera tener una mínima de posibilidad de abatirse a duelo con un león.

- Ya no hay vuelta atrás. -
- Decidiste por mí. Todos han visto la story que subiste, ahora todos conocen 'tu versión'
- O lo que sea tu aporte a este ridículo plan. -

Bufé con cansancio y me deshice del cinturón de seguridad que ya me estaba agobiando.

- Te dije que no voy a obligarte a fingir nada.
- Pero es verdad que depende de ti, Pedro Pablo.

Dejé escapar una risita sarcástica y si mis miradas matarán, probablemente Bosco ya estaría bajo tierra.

- ¿Eso no es lo mismo que obligarme a decidir?
- ¿A tomar un bando?
- No. Carajo, no es así. - Bosco suspiró con gravidez.

Nadie dijo nada durante los siguientes segundos, cuarenta segundos para especificar.

- Sea como sea, ahora la opinión está dividida. -
- No puedo decirte que no seguirá existiendo gente que te señale... o que te insulte.
- Pero si de alguna forma aceptas intentar esto, entonces...
- ¿Qué? - Lo miré a los ojos para rematar sus palabras.
- ¿Contigo a mi lado la gente me respetaría?
- ¿Es eso que lo dices?

Bosco negó con un tenue movimiento de cabeza y su mano se acercó a mi cabello. Dónde con delicadeza tiró por la liga que me lo sujetaba y a lentitud, la desprendió de su amarre.
Me quedé quieto, difícilmente mi mirada ganó fuerza para alzarse y hallarme con sus ojos, su mirada atenta sobre mí.

El rumor || bospaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora