GaaraLee 8.13

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Aun faltaba una semana para regresar a Konoha, debido a la inminente mudanza de Lee a Suna, el Hokage le había asignado muchas más misiones de lo esperado. Estando Neji en ANBU y Gai retirado, el equipo de Lee se había desbaratado, por lo que le asignaban misiones en otros equipos.

Había ido a Konoha con la intención de sorprenderlo, y quien salió sorprendido fui yo, Lee estaba fuera en una misión. A pesar de que había resuelto varios pendientes con Konoha, sentía que el viaje había sido una perdida de tiempo. Ahora me aseguraba de estar bien coordinado con él y con Kakashi, para poder coincidir, pero sentía que había pasado demasiado tiempo sin ver a mi prometido. Lo extrañaba con demasía, y el paso de los días se me hacía intolerablemente eterno. Temari y Kankuro notaban mi ansiedad, nubes de arena me rodeaban en momentos aleatorios, sentía como si Shukaku estuviese conmigo de nuevo, no podía dormir, de los montones de cartas que le enviaba, solo recibía respuesta ocasional, y eso me ponía de malas. Podía entenderlo, no estaba, pero no me gustaba no recibir respuesta. El no dormir no ayudaba a mi creciente mal humor, mis hermanos habían tomado su distancia, algo que era común en ellos cuando me veían así.

Me levanté de la cama, esa noche tampoco dormiría. Suspiré.

Seis días más...

En la mañana del quinto día, dos días más antes de salir de Suna a Lee, llegó un halcón. Por fin recibía respuesta a una de mis cartas, pensé esperanzado, añoraba leer la letra de Lee, y su firma remarcada con un beso. Mi corazón latía con fuerza, emocionado. Sonreí.

Retiré el pergamino de la pata del halcón, "¡Kai!" Dije liberando el sello de seguridad. Desenrollé el pergamino, me decepcioné al ver la letra de Kakashi, seguramente Lee iría a otra misión y tardaría más tiempo en volverlo a ver.
Comencé a leer.

"Gaara," me había escrito por mi nombre, usualmente me llamaba Kazekage, definitivamente no era un asunto oficial. "Te envío esta carta con urgencia, Lee ha vuelto de su misión, pero lamento informarte que fue gravemente herido," el alma se me fue a los pies, me levanté con premura "¡KANKURO!" grité y continué leyendo. "esta en terapia intensiva en el Hospital de Konoha, Tsunade y Sakura lo están atendiendo, por lo que no puede estar en mejores manos. Sé que tenían planeado venir pronto, pero espero puedan salir cuanto antes. Atte. Hatake Kakashi"

Kankuro, que había entrado a toda prisa, se había detenido a verme mientras leía la carta, lo miré, todo estaba distorsionado del otro lado de mis lágrimas.

"¿Lee?" Preguntó muy serio. No pude hablar, así que solo asentí. "Oh, hermano, lo siento..."

"Esta muy grave, debemos partir cuanto antes." Dije con voz trémula. Asintió, y salió de la habitación sin decir otra palabra.

Le escribí respuesta al Hokage, avisándole que salíamos en ese momento, le coloqué el pergamino al halcón y éste echó a volar de inmediato. Por pura inercia comencé a acomodar los papeles de los pendientes que tenía, había varios que no podían esperar, pero tendrían que hacerlo. Las lágrimas no paraban de brotar. Por favor que esté bien, por favor que esté bien, me repetía una y otra y otra vez.

"Gaara." Dijo Kankuro, levanté la mirada. Me dió mi maleta. "Temari te verá en la entrada este en diez minutos. Yo me quedo a resolver lo que esté pendiente. Ve." Le agradecía con la mirada, y salí volando por la ventana.

Más adelante vi a mi hermana corriendo hacía la puerta. Descendí mi nube de arena lo suficiente para alcanzarla.

"Sube" dije. De un salto estaba a mi lado.

"Va a estar bien, es muy fuerte." Dijo. Asentí, pero el nudo que tenía en el estomago era imposible de ignorar.

"Gaara, detente." Dijo Temari doce horas después de haber partido de Suna, el sol estaba rozando el horizonte tras nosotros. La ignoré, gruesas gotas de sudor me cubrían el cuerpo. "Gaara, te estas quedando sin chakra, resultará contraproducente y tardaremos más en llegar. Hace un par de horas que es evidente, hemos ido disminuyendo de velocidad gradualmente." Tenía razón, usando la fuerza que me quedaba apuré el paso. "Hermano, detente." Dijo Temari con suavidad, al tiempo que me tomaba la mano. La miré. Me suplicaba con la mirada que razonara. Me hinqué en la arena, agotado y derrotado, y descendimos.

"Perdóname amor, tardaré un poco en llegar... no te rindas..." Murmuré, luego todo se puso negro.

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⏰ Última actualización: Jul 25 ⏰

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