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"Quédate aquí por favor, volveré más tarde, necesito ir con mi madre a hacer una cosas. ¡No salgas de aquí! ¿Entendido?" Jungkook lo apuntó con un dedo, tenía que dejar en claro que no se podía exponerse por nada, Taehyung asintió. "Bien, por cierto... ¿solo te llamas Kim?".

"Kim Taehyung, me llamo Taehyung, mi apellido es Kim" .

"Ok Tetecito, nos vamos luego" Jungkook salió de su habitación. Dejando a Taehyung ahí un poco sonrojado por el apodo que se le había dado.

Todo el resto del día se la paso encerrado en la misma habitación que conocía un poco mejor desde que entró ahí, estaba muy aburrido, no había hecho nada más que leer uno que otro libro que tomó de la biblioteca del alienígena y comer el almuerzo que le habían subido, no tenía sueño así que no podía dormir. Taehyung estaba un poco desesperado, no sabía que estaba pasando con Jimin y Lina, Jungkook le dijo que esperara a que su tío llegara, pero ni Jungkook ni el tío de este parecían estar en el castillo, Taehyung no podía salir de la habitación para poder recorrer el enorme castillo y así distraerse un poco, Jungkook le había dado indicaciones de no hacerlo ya que no era seguro que lo hiciera. Aún que su servidumbre no tenía derecho a opinar lo que el príncipe hiciera o divulgar su vida, Jungkook aun tenía el miedo de que sus sirvientes fueran y dijeran algo acerca del humano a los habitantes de Eris, el cualquier momento algún Eriani podría salir de castillo y contar todo, confiaba solo en Cera; una de sus sirvientas, era la única que entraba en su habitación y ahora era la encargada de llevarle comida y agua o cualquier otra cosa que pidiera al humano, tenían la misma edad, ella nació cuando Jungkook también lo había hecho, en su infancia fue muy amigó de el, pero al paso de los años, Cera comenzó alejarse, ya que sabía que Jungkook se convertiría en rey y tenía que tener más respeto hacia el, esa era la única sirvienta en la cual el príncipe podia hablarle directamente y ella hablar de la misma manera, su confianza era alta, pero de ahí en fuera el príncipe Jungkook no se fiaba de ningún otro sirviente.

Taehyung miró el reloj que estaba en la habitación de Jungkook, no sabía exactamente qué hora era pero dedujo que eran las 7 de noche, su trasero dolía de tanto estar sentado en el suelo alfombrado. Desvió su mirada a la ventana que estaba abajo del reloj y podía ver como afuera estaba oscuro, oscuro como siempre, se podían observar muchas estrellas, bajo su cabeza y recargo su frente en sus rodillas que estaban dobladas, así también abrazándolas, a su mente volvió de nuevo el recuerdo de su hermano, sus ojos comenzaron a picar por las lagrimas que se estaban acumulando, seguro su hermano estaba preocupado y eso hacía que Taehyung le doliera más el corazón, hacer que su hermano sufriera hacia que el también sintiera el dolor.

Quería volver, volver y abrazar a su hermano como el día en que lo volvió a ver después de tantos años, quería volver y abrazarlo como el día de su graduación, quería volver y abrazarlo como el que se despidió de él; cuando viajó a otro país, quería volver y abrazarlo como el día que despidió de el antes de subir al espacio... solo quería volver a cualquier día donde pudo abrazar a su hermano, su única familia.

ERISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora