Renacimiento a las puertas de la Oficina de Asuntos Civiles

Capítulo 39 Beneficios del 1 de mayo

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A medida que el clima se vuelve más cálido, los gustos de la gente también se vuelven más fuertes. Muchas farolas de la calle se cubren de faroles rojos y los supermercados comienzan a exhibir todos sus productos de color rojo.

Yu Dong siempre había pensado que sus antepasados ​​chinos eran bastante sabios y decoraban sus casas con motivos de fuego para combatir la nieve.

"¿Realmente vamos a comprar solo esto?" Xia Feng miró su carrito de compras con cierta aprensión.

Para preparar su visita a sus sueños, Xia Feng llevó a Yu Dong a un supermercado cercano para comprar algunos regalos de Año Nuevo.

"No se preocupe, el único pasatiempo de mi papá es fumar y beber".

Después de que Yu Dong dijo esto, Xia Feng señaló los objetos y advirtió severamente: "No tienes permitido aprender de él".

Mirando el carrito nuevamente, Xia Feng comentó: "Aun así, estos productos son demasiado baratos, deberíamos comprar dos botellas de Maotai". Xia Feng no estaba satisfecho con los precios de los vinos que eligió a Yu Dong.

"No, no, tenemos que comprar sólo uno o sino guardará la otra botella. Los cigarrillos tampoco deben ser demasiado caros, aunque tienen que ser importados. Una vez fue con mi madre al supermercado y compró en secreto la misma marca de cigarrillos". Yu Dong conocía la naturaleza de su padre.

"Espera, entonces... ¿elegiste cigarrillos y alcohol importados para evitar que tu padre los cambie en secreto por paquetes recién comprados?" Xia Feng descubrió el truco de Yu Dong después de pensarlo detenidamente.

(N/T: Como si su padre fingiera que solo ha fumado un cigarrillo cuando ya terminó todo el paquete y compró otro. Por eso ella compra cosas importadas).

"¡Inteligente!", elogió Yu Dong.

"¿Y qué pasa con la tía? ¿No estamos comprando muy pocas vitaminas?" Xia Feng señaló la pequeña cantidad de frascos en el carrito de compras.

"También le compré algo de ropa", respondió Yu Dong.

"¿Debería comprarle algo a ella también? Escuché que a las personas mayores les gusta el oro. ¿Debería ir a comprarle un brazalete de oro a mi tía?" Xia Feng recordó que había algunas joyas en el primer piso del centro comercial.

"No tienes por qué preguntarte, el oro es algo muy querido para mi madre", comentó Yu Dong despreocupadamente mientras recordaba un incidente con su madre y el brazalete de oro de una tía codiciosa. La tía se jactó de que su nuera le había regalado su brazalete de oro.

—Entonces, ¿debería comprarlo? —Xia Feng se giró y empujó el carrito directamente hacia la joyería más cercana.

"¿Por qué estás tan ansioso? No, terminó de hablar. Nuestra costumbre es que la nuera comprende un brazalete de oro para su suegro". Yu Dong detuvo a Xia Feng.

"¿Ah? ¿Tienes esta costumbre? Entonces ¿debería comprarme un collar de oro? Sugirió Xia Feng.

"Si estás pensando en cosas como esta, también podrías poner todo tu poder de pensamiento en cómo conseguirás que mis padres te acepten". Yu Dong irritante. "No olvides que me fugué. Es más, sólo ha pasado medio año y el hombre que traeré a casa ya cambió".

"¿Pero no fue tu culpa?" Preguntó Xia Feng.

"Sí, pero la cuestión es que volverás conmigo este año". Yu Dong continuó extendiendo las manos. "Iba a anunciar la ruptura este año y luego volver contigo el año que viene".

"¿Entonces no tendría que estar escondido durante un año?" Xia Feng no quería eso. "Preferiría enfrentarme a tus padres ahora y asumir la culpa".

Yu Dong no pudo evitar reírse. Cuando miró su reloj, se dio cuenta de que eran casi las 9:00 pm, así que se volvió hacia Xia Feng y le dijo: "Tengo que ir a trabajar".