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Después de pronunciar esas palabras, Antonio echó un vistazo a Xóchilt, quien apartó la mirada y se volvió hacia la ventana.

─ Estoy bromeando, señora. ─  dijo Antonio con una sonrisa, tratando de aligerar la tensión.

Xóchilt lo miró de nuevo, sin articular palabra, pero el resentimiento en sus ojos era palpable.

Finalmente, llegaron a la residencia de Xóchilt y lo primero que la pelicastaña hizo, fue entrar a darse una ducha para relajarse.

(sí, la cochina no se había bañado ke puto asko por eso perdió y ahora está de naka vendiendo gelatinas)
(BROMA XÓCHILT AILOVIUUU ERES MI MAMI 🥺)

─ Cariño... ─ Rubén la llamó, su voz suave.

Xóchilt, a punto de entrar al baño, se detuvo y se giró hacia él. ─ ¿Qué pasa?

─ ¿Ya viste todos los memes que hay en internet sobre lo que hiciste en la tarde? De verdad, debí acompañarte...

─ No... no tengo ni idea, no he agarrado mi teléfono. ─ Xóchilt habló con calma, casi desinteresada, lo que provocó que Rubén la mirara desafiante. ─ Tranquilo... ─ dijo mientras se acercaba a él y comenzaba a acariciar su hombro.
─ Ya estoy acostumbrada a que todos se burlen de mí.

(Help no soporto tanta heterosexualidad)

Rubén sonrió involuntariamente antes de dar un beso en la frente de Xóchilt.

─ Por favor, cuídate, cariño. Tómate esto en serio.

Xóchilt asintió como una niña pequeña y le dio unas palmaditas en la espalda a Rubén antes de dirigirse al baño para finalmente tomar una ducha.

Mientras Xóchilt se bañaba, reflexionaba sobre todo lo que había ocurrido.

No sobre la ignoradota que le dió a Claudia, sino sobre el beso que Claudia le había dado.
Aunque no habían llegado a nada, acordaron encontrarse al día siguiente en casa de Claudia para hablar.

Xóchilt comenzó a ilusionarse de verdad. Claudia finalmente admitió que la amaba, y Xóchilt estaba muy feliz.

Sin embargo, aún estaba preocupada por Antonio... Tenía miedo de que se enterara y tomara represalias.

Pero, ¿por qué preocuparse por algo que aún no ha sucedido?

Veinte minutos más tarde, Xóchilt salió de la ducha, sintiéndose tranquila, relajada y fresca.

Por lo general, seguía una rutina de cuidado de la piel, pero esta vez solo quería dormir para despertar y ver a Claudia. Siempre la soñaba, pero nunca era suficiente... necesitaba verla.

Y ahora, finalmente se cumpliría.

Antes de abrir la puerta de su habitación, recibió una llamada de un número desconocido. Normalmente entraría de todos modos y contestaría adentro, pero esta vez decidió quedarse afuera de la puerta y contestar esa llamada.

"¿Bueno?" Habló Xóchilt, sin saber quién era la persona al otro lado de la línea.

"Candidata Xóchilt Gálvez."

Xóchilt abrió los ojos y esbozó una sonrisa sin darse cuenta, reconociendo la voz.

"¿Claudia?" Preguntó con alegría.

"Este es mi número personal, guárdalo. Yo haré lo mismo contigo," dijo Claudia.

"C-claro... ¡qué alegría que llames!" Respondió Xóchilt con entusiasmo, sin moderar su voz, parecía estar hablando sola.

¿Por qué estaba sola, verdad?

Xóchilt era bastante temerosa y, por su suerte, en ese momento escuchó un golpe cerca de una planta. Se giró rápidamente, pero al no ver nada, decidió no darle importancia.

"¿Xóchilt?" Claudia habló después de ser ignorada, pero Xóchilt ni se dio cuenta.

"¡Perdón, perdón! ¡Estoy aquí!"

Se escuchó una risita al otro lado de la línea. "Sí, ya veo."

Xóchilt sonrió al escuchar la risa y la voz de Claudia.

"¿Mañana entonces... es seguro?" preguntó Claudia.

"¡Por supuesto que sí! Estoy emocionada de verte..."

"Yo también... y vamos a hablar abiertamente. Estoy cansada de reprimir todo, y aunque ya fui clara con mis sentimientos... quiero ser directa con lo que quiero. Con lo que quiero contigo."

Amor y Política // Sheinbaum X Gálvez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora