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                      2023, México.

A medida que Claudia y Xóchitl avanzaban en sus carreras políticas, decidieron dar un paso adelante y postularse como candidatas en las elecciones políticas de su país. Ambas mujeres habían estado involucradas en la política durante un tiempo, y su dedicación y compromiso con sus ideales las habían destacado en el ámbito político.

Conforme se acercaba la fecha de las elecciones, Claudia y Xóchitl se encontraron en la misma contienda electoral, compitiendo por el mismo cargo político. A pesar de su pasado romántico y la complicidad que habían compartido, ahora se encontraban en lados opuestos de la competencia política.

Y a pesar de tener que enfrentarse constantemente debido a la controversia política, Claudia y Xóchitl nunca habían entablado una conversación directa. Su comunicación se limitaba a través de indirectas y gestos de rivalidad, pero exclusivamente en el ámbito laboral y político.

Para todo esto, Claudia ya había alcanzado los 60 años mientras que Xóchitl tenía 59. Pasaron largos años sin hablarse, hasta que finalmente, en noviembre de 2023, Xóchitl tomó la valiente decisión de romper el contacto cero y llamar a Claudia en privado. Sin embargo, el corazón de Xóchitl se llenó de decepción cuando Claudia nunca respondió a su llamada. Determinada a recuperar el vínculo perdido, Xóchitl decidió recurrir a sus contactos más cercanos, manteniendo la discreción y ocultando la verdadera razón detrás de su solicitud de ayuda. Con astucia, Xóchitl mintió diciendo que necesitaba asesoramiento en asuntos laborales, ocultando así su verdadero anhelo de reconciliarse con Claudia.

Lo que Xóchitl logró fue infiltrarse en una de las numerosas campañas y actividades en las que Claudia participaba como candidata.

Desde lejos, Xóchitl observaba cómo las personas la elogiaban y Claudia prometía mejoras para el futuro de México. Xóchitl la miraba con admiración, convencida de que no tenía oportunidad de competir contra Claudia.

En realidad, Xóchitl no quería ser presidenta, su verdadero deseo era convertirse en primera dama.

Ese mismo día, con Xóchitl como infiltrada, llegó la noche y todos se habían ido a casa después de hacer campaña con Claudia. Las únicas personas que quedaban eran Claudia y su equipo, y por algún milagro, no habían notado la presencia de Xóchitl. Aprovechando la oportunidad, Xóchitl decidió acercarse sigilosamente a Claudia para hablar con ella en privado y revelar su verdadera identidad.

Claudia estaba revisando su libreta, mientras su equipo se encontraba cerca de ella. Estaba preparándose para finalizar el trabajo y regresar a casa, cuando fue interrumpida por una voz, una voz que conocía muy bien.

─ Claudia.

Al escuchar su nombre, Claudia volteó rápidamente y se encontró con Xochitl, el amor de su vida. Ambas se miraron, sorprendidas y llenas de nerviosismo. El silencio reinó por un momento, hasta que finalmente Xochitl decidió romper el silencio y hablar.

─ Perdóname. ─ dijo Xóchitl sarcásticamente. ─ Pero necesito hablar contigo, ¿crees que se pueda?

Claudia la miró fijamente y luego suspiró, volteando hacia los lados con temor de que las vieran juntas, ya que no se trataba de un asunto laboral. Sería extraño que las descubrieran en esa situación.

─ Aún no se te quita lo tonta ─, dijo Claudia balanceando la cabeza, con una expresión "decepcionada" pero cargada de sarcasmo. ─ ¿Cómo se te ocurre? Además, ¿cómo estás aquí? ¿Desde qué hora?

─ Eso no importa ─, respondió Xóchitl de manera indiferente.

─ Está bien, si no me dirás, entonces dime qué quieres hablar, ¿sobre política?

─ Jajaja ─, balbuceó Xóchitl de forma falsa. ─ Qué graciosa eres.

Claudia rió ante eso.

Ambas se sonrieron y luego voltearon tímidamente hacia otro lado. Por un momento, recordaron cuando eran jóvenes y no sabían sobre sus sentimientos, cuando no había sucedido nada y parecían estar enamoradas.

─ Claudia, nosotras dejamos algo pendiente ─ dijo Xóchitl con determinación ─. No puedes pretender que nada ha pasado y que solo somos rivales laboralmente.

Claudia tragó saliva.

─ Veo que te casaste dos veces ─ dijo Xóchitl, observándola atentamente.

─ ¿No me vas a felicitar? ─ respondió Claudia con una sonrisa. ─ Ay, perdón, no vayas a salir corriendo y luego desaparecer, confesándome que fue porque estás enamorada de mí ─ añadió Claudia con sarcasmo, haciendo referencia a todo lo que había sucedido entre ellas.

Xóchitl rió y decidió seguirle el juego.

─ Claro, claro. Debes saber que ahora tengo muchos guardias y seguridad en mi nueva casa, así que no podrías ir en la madrugada a gritarme por la ventana y luego decirme que me amas.

Claudia soltó una gran carcajada y ambas rieron juntas. Por un momento, parecía que se habían olvidado de todo lo que había pasado, de todo lo que estaba sucediendo.

Tras lo anterior, Claudia adoptó una postura seria y Xóchitl también mostró una actitud más determinada.

─ Ya son las diez de la noche. ─ dijo Claudia mirando su reloj de muñeca. ─ así que es tarde y no tengo tiempo para juegos. Por favor, dime directamente a qué vienes y sé clara

─ Quiero hablar sobre nosotras. ─ dijo Xóchitl.

─ Pues yo no. ─ respondió Claudia, visiblemente impaciente. ─ Así que no me hagas perder el tiempo. Mi esposo me está esperando.

Claudia estaba a punto de irse, pero en ese momento Xóchitl tomó la muñeca de Claudia, deteniéndola y acercándolas cara a cara.

─ ¿Tu esposo Carlos, o Jesús?

─ Tú bien sabes quién es. ─ respondió Claudia con determinación ─ Carlos ya es cosa del pasado, al igual que tú.

Sin embargo, antes de que pudiera continuar, Claudia jaloneó a Xóchitl para que la soltara, tratando de liberarse de su agarre.

─ ¡No puedes huir de mí, Claudia! ─ exclamó Xóchitl con determinación. ─ Estamos destinadas a encontrarnos y enfrentar las cosas, aunque no quieras hablar.

Xóchitl observó cómo Claudia la miraba fijamente y luego se retiraba, dirigiéndose hacia su equipo, o más bien, hacia su esposo que la esperaba. Tomaron de la mano y subieron a sus respectivos autos.

Xóchitl sintió como si le clavaran un puñal en el corazón al presenciar esa escena.

Amor y Política // Sheinbaum X Gálvez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora