Durante los días siguientes, observó con atención el comportamiento de Hyein. Notó pequeños detalles: la forma en que Hyein siempre parecía encontrar una excusa para acercarse a ella, cómo sus ojos brillaban cuando estaban juntas, y la manera en que Hyein la miraba, como si fuera la persona más importante en su mundo.
Cuando esos grandes ojos marrones la encontraban en el pasillo, se le aceleraba el corazón, no podía evitar sonreír cada vez que sus miradas se cruzaban. Había algo en la forma en que Hyein la miraba que la hacía sentir especial, querida. Comenzó a buscar a Hyein en los pasillos, anticipando esos momentos en que sus ojos se encontrarían, y sentía una cálida sensación de alegría y emoción cada vez que lo hacían.
Guardaba celosamente las notas que le dejaban de forma anónima en el último bolsillo de su mochila.
Los días pasaban y cada vez era más dificil para Haerin concentrarse en sus estudios. La anticipación y el misterio en torno a las cartas la mantenían en un constante estado de excitación y nerviosismo. Cada vez que encontraba una nueva nota, su corazón se llenaba de alegría y, al mismo tiempo, de una creciente ansiedad por descubrir la identidad de su admirador secreto.
Empezó a notar más cosas sobre Hyein. Cómo sus sonrisas eran más brillantes cuando estaban juntas, cómo su risa resonaba con más fuerza cuando compartían una broma, y como sus dedos a veces rozaban los suyos de manera casual, pero significativa.
Ese día, no tenía porqué ir al club tan temprano. Pero, había una pequeña pila de hojas secas en sus amados claveles y su excesivo sentido de responsabilidad la llevó al jardín antes de lo habitual. Haerin quería asegurarse de que sus flores estuvieran bien cuidadas.
Cuando llegó, el jardín estaba tranquilo, bañado por la suave luz de la mañana. Comenzó a trabajar, quitando las hojas secas y asegurándose de que todo estuviera en orden.
Mientras estaba concentrada en su tarea, Haerin notó algo diferente entre los claveles. Una pequeña bolsa de terciopelo rojo asomaba entre las flores, y su corazón comenzó a latir con fuerza al reconocerla como el recipiente de una nueva nota. Con manos temblorosas, la tomó y la abrió con cuidado.
Se encontró unos adorables pasadores de cabello con forma de corazón y gatitos, y una nota escrita en el ya familiar papel rosa pálido con la elegante caligrafia. Haerin sonrió con anticipación y desplegó la nota, sintiendo una mezcla de alegría y nerviosismo. Leyó las palabras con el corazón latiendo rápidamente:
"Tienes un hermoso y brillante cabello.
Se me para el corazón cuando te veo peinarlo suavemente con tus lindos dedos.
Desearia tocarlo y acariciarlo, pero, cada vez que te pongas uno de estos pasadores quiero que imagines que lo hago.
-Alguien que siempre piensa en ti."
Haerin leyó la nota varias veces, cada palabra llenándola de una mezcla de alegría y anhelo. Se puso uno de los pasadores, sintiendo una cálida sensación de conexión con su admirador secreto. Sabía que debía descubrir quién era, y su corazón le decía que Hyein era la respuesta.
❤️
Hyein estaba practicando tiros libres en la cancha de baloncesto, la camisa de licra se pegaba ligeramente a su espalda y sus músculos ardían ligeramente ante el esfuerzo. Los gorilas de sus compañeros aullaron entre ellos de una manera escandalosa cuando una pequeña, delgada y adorable figura entraba tímidamente a la cancha.
Kang Haerin lucía hermosa con esa falda color miel que ondeaba suavemente al compás de su caminar.
Hyein detuvo su práctica al ver a Haerin acercarse, una sonrisa tonta pintándose en su boca al ver a la linda líder del club de jardinería, deseando tomar su rostro de mejillas regordetas entre sus manos y plantarle un suave beso. Pero, conteniendo sus impulsos, esperó a que Haerin se acercara.
—Ho-hola, Haerin-saludó Hyein con voz balbuceante, su corazón latiendo con fuerza ante la presencia de Haerin.
Haerin sonrió tímidamente mientras se acercaba a Hyein.
-Hola, Hyeinie—saludó Haerin con su voz suave, dulce, que siempre lograba hacer a Hyein querer llenarla de besos —.¿Cómo ha ido el entrenamiento?
Hyein sintió un estremecimiento de alegría al escuchar su apodo salir de los labios de Haerin.
—Mu-muy bien—respondió Hyein, su mirada tratando de concentrarse en los ojos de Haerin; obligándose a no bajar descaradamente por su figura —¿Qué te trae por aquí?
Haerin sonrió, jugando con un mechón de su cabello nerviosamente.
—Es que...—sus mejillas regordetas se tornaron ligeramente rosadas mientras buscaba las palabras adecuadas. Bueno, la verdad es que... compré un chocolate, pero...
te lo quería dar a ti —admitió Haerin, arrugando ligeramente su nariz, dándole el aspecto de una linda conejita nerviosa.Hyein, a pesar de ser mucho más alta y grande que Haerin, se sintió abrumada por la ternura y la timidez de Haerin. Sus fuertes piernas por un momento parecieron de gelatina y se derritió ante la adorable expresión de Haerin.
—Ow... Haerin—murmuró Hyein con la sonrisa de una tonta, apenas conteniendo el impulso de abrazar a Haerin en ese mismo momento—Eres tan dulce.
Hyein bajó la mirada, sonrojada por el elogio de Hyein. Sus mejillas sintiéndose más ardientes, ambas ignorando que seguían en la cancha con la presencia de los compañeros de Hyein; quienes se burlaban de esta última silenciosamente desde el otro extremo de la cancha.
A pesar de la presencia de los compañeros de Hyein y las risas que resonaban en la cancha, para Haerin y Hyein parecía que el mundo se había reducido a solo ellas dos. En ese momento, Haerin se sintió abrumada por una oleada de emociones, una mezcla de nerviosismo y felicidad al estar cerca de Hyein.
—Gracias, Hyein —respondió Haerin tímidamente, su voz suave y dulce resonando en el aire entre ellas—.
Quiero que sepas que... eres muy especial para mí y tras decir eso, sacó de un bolsillo de su mochila una barra de chocolate rellena de caramelo. Ambas se estremecieron cuando sus dedos se rozaron sutilmente.Haerin frunció los labios en una sonrisita tímida, cerró su mochila y estaba dispuesta a irse de la cancha, pero se quedó quieta en su lugar cuando Hyein tomó con mucha delicadeza su mano y la atrajo a ella.
Haerin se giró, sus ojos encontrándose con los de Hyein. En ese momento, el ruido de la cancha desapareció, dejándolas solas en su pequeño mundo.
—Espera, Haerin—dijo Hyein, su voz suave pero firme—. Bueno... la verdad es que desde hace mucho te quería proponer si tu... si tu querías salir conmigo.
Haerin abrió los ojos, sorprendida y emocionada. Su corazón latía con fuerza, y una cálida sensación la envolvía al escuchar la propuesta de Hyein.
—¿Salir contigo?—repitió Haerin en un susurro, como si estuviera probando las palabras en sus labios.
Su voz era suave, pero no podia ocultar la felicidad que se reflejaba en sus ojos.Hyein asintió, su rostro mostrando una mezcla de esperanza y nerviosismo.Sabía que estaba dando un gran paso, pero sentía que valía la pena arriesgarse por alguien tan especial como Haerin.
—Sí, Haerin. Quiero conocerte más, pasar más tiempo contigo y conocerte mucho mejor—dijo Hyein, apretando suavemente la mano de Haerin.
Se le aceleró el corazón al ver los lindos ojos de gatito de Haerin brillantes, sus labios color cereza curvados en una sonrisa tímida.
—Yo también quiero eso, Hyeinie.Definitivamente, estaba segura de que era Hyein quien le dejaba las notas.
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Secret Graden - Maknaez.
RomanceDónde Hyein, una jugadora de baloncesto popular; le empieza a dejar cartas en las flores a Haerin; la linda líder del club de jardinería. -Fluf. -Soft. -Cliché. Créditos a XxxBoyN4mjoOnxxX