The Magnificent

Amenazas

22 de enero de 1537, Estambul, Turquía.

Aposentos de la sultana Ayşe Esin

La sultana miraba hacia la ventana mientras Adalet se encargaba de subir todo al carruaje. Tenía que encontrar a ambos padres que jamás, al menos para ella se merecieron serlo, aunque, de alguna forma tenía un presentimiento de que ya no se encontraban en Venecia. Algo en ella le decía eso

- Ayşe - la llamó Emine y volteó a verla

- Emine, sucede algo? - pregunto al ver nerviosa a su dama

- la Haseki desea verla - dijo en un susurró

Cerró los ojos con fuerza. No quería lidiar con su madre en estos momentos pero sabía que prolongarlo sería lo peor

- está bien - suspiró para salir

En los aposentos de Haseki Hürrem Sultán

La sultana entró y reverencio a su madre y mirarla

- me informan que me has llamado, madre - dijo la sultana como un inicio de conversación

La Haseki le señaló un asiento a su lado para la sultana se sentará

La sultana se sentó elegantemente y recordando que se prometió a si misma decirle que no a un matrimonio, que sentia algo por el príncipe ingles

- mi niña. Se que no estás lista pero con esto no podemos dejar que Ibrahim gane más poder e influencia en el sultán y ponga en el trono a Mustafa - le agarró las manos - tú más que nadie sabes que si eso pasa. Todo por lo que luchamos se habrá perdido - dijo la Haseki para tratar de hacer de entrar en razón a su hija

La sultana la miró vulnerable y le era inevitable no pensar en esa posibilidad pero por primera vez en su vida quería ser egoísta y decidir por ella su vida

- madre, se que si no me caso mis hermanos estarían vunerables y jamás permitiría eso - la Haseki la miró con tranquilidad - pero tampoco quiero vivir junto a alguien que solo ama el poder que le doy y no por amor. No me casare con él, estoy enamorada del príncipe - dijo para mirar a la Haseki y tratar de que le permitiera esto

La Haseki se quedó pensando pero separó sus manos y se levantó

- bien, entonces si tú no te casas, será tú hermana la que lo haga - dijo la Haseki viendo hacia el frente

- no, claro que no - se levantó también la sultana para mirarla sorprendida. Su madre, su propia madre, está decidida a arruinar la vida de una de sus hijas por proteger a sus hermanos y a ella misma

- él príncipe solo es un enamoramiento pasajero, hija - dijo tratando de hacerla en entrar en razon - además, eso se hará si tú no te casas con él, Ayşe. Eres tú o tú hermana - la miró la Haseki. Por primera vez en su vida no fue una mirada amorosa, si no una llena de dureza y frialdad

La sultana no se quedó atrás y la miró como si un enemigo más fuera. Se sentía lastimada por su madre, la persona que la ayudó a salir de una miseria

- lo haré - sentenció y la Haseki sonrió - pero intentas o tan solo piensas hacer lo mismo con mi hermana, vas a tener encuenta, madre - su voz salía fría - que me tendrás de enemiga - dijo para salir de ahí, sin hacer una reverencia

En los pasillos del palacio

La sultana se sentía agobiada y decepcionada. Sus damas la seguían con preocupación. Estaba tan callada y con una mirada triste en su rostro

Él joven príncipe vió a lo lejos a la sultana y sonrió para acercarse

- mi señora - hizo reverencia fingida - sería tan amable de acompañar a este vil sirviente a escoltarla a su carruaje - la sultana lo miró con los ojos tristes y asintió para agarrar su mano