Nunca olvidaré esa llamada. Interrumpió mi cena. Recuerdo que comia sopa. Hacía frío.
Me levanté corriendo al oír el teléfono desde mi cuarto. Descolgué cerrando la puerta detrás de mi, dirigiéndome hacia el ventanal a oscuras, donde esa misma tarde me quedé varios minutos observando la calle preocupada.
Se oye una voz entrecortada por el llanto. Escucho mi nombre y respondo de seguida. Esa frase de mi padre. Esa frase corta y breve... aunque no hacían falta más palabras para saber su importancia. Un llanto. Mi corazón va a mil por hora. Me pierdo entre las cortinas y me veo reflejada en el cristal. En la persiana, me parece. No sé cuánto tiempo pasa hasta que respondo.
Nunca imaginé que todo acabaría aquí. Que no volvería a hablar, jugar o cantar una canción con él nunca más. Que él había perdido a su padre. Que estaba llorando a pleno pulmón. No era la primera vez que lo hacía delante de mí, pero sí por teléfono. A tanta distancia sin poder consolarlo. Sólo con palabras.
Lo sentía mucho. Y me sentía mal por pensar que no le pasaría nada a mi abuelo. No puede ir a verlo al hospital. Todos estaban allí. Les acababan de dar la notícia. Y ahora él me la daba a mi.
Lo consolé como mejor pude dándole apollo y diciéndole grandes cosas que no esperaba que las supiera decir bien. Me lo agradeció mucho. Parece que después de hablar algo, su voz agitada se calmó. Nos despedimos sin yo querer. Tenía que ir con su madre, a consolarla.
Tiene que ser muy duro.
Colgué y me quedé en mi cuarto esperando mi reacción. Me sentía rara. Empezé a pensar en cómo iban a ser las cosas sin él. En todo lo que habíamos pasado juntos. En cómo me dió la notícia mi padre desde el otro lado del teléfono.
Mi madre me llama.
Al llegar al comedor junto a ella, levanta las cejas preocupada por mi expresión. Me pregunta si era mi padre el que llamaba. Asiento y le doy la notícia. Me abraza y me dice algo, pero no presto atención. Me siento en la silla y lloro. Ella me da permiso para reunirme con mi família al día siguiente. Se lo agradezco de corazón.
Esa noche fue muy extraña. Esa noche dejé el móvil en el cajón. Esa noche me costó dormir.
